Continúan las grabaciones de Esperanza Mía, la nueva comedia producida por Pol-ka para El Trece protagonizada por Mariano Martínez, Lali Espósito, Gabriela Toscano, Ana María Picchio, Carola Reyna, Rita Cortese, Federico D'Elía, Angela Torres y Tomás Fonzi. También serán de la partida Natalie Pérez, Alejandro Fiore, Karina K, Mónica Cabrera, Leticia Siciliani, Vanesa Butera, Gipsy Bonafina y Laura Cymer.
Las primeras escenas de esta comedia romántica se grabaron en una terminal de ómnibus de la localidad de Pacheco, donde Julia (Espósito) y Tomás (Martínez) se ven por primera vez. Ambos protagonistas se mostraron de excelente humor apenas pisaron el set y enseguida se pusieron a disposición de Sebastián Pivotto -el director a cargo de la unidad de exteriores- para establecer cómo iba a ser la toma inicial.
Asimismo, ya se inició el rodaje en los estudios de Pol-ka Producciones correspondientes a la Unidad 1, donde están montados los decorados correspondientes al convento y la empresa de Máximo (Fonzi). El director a cargo es Lucas Gil.
Esperanza Mía es una comedia romántica que cuenta la historia de amor prohibido entre Julia Albarracín (Lali Espósito) y Tomás Ortiz (Mariano Martínez). Julia es una joven de 21 años que vive en La Merced -un pequeño pueblo del interior- junto a su madre adoptiva Blanca, que trabaja como operaria en una fábrica. A raíz de la contaminación que genera la propia planta, Blanca contrae una grave enfermedad. Empeñada en descubrir el origen de este mal -que también aqueja a otros compañeros de la fábrica- la mujer consigue unas pruebas contundentes que incriminan a los dueños. Pero la enfermedad -ya avanzada- resulta ser letal y, antes de morir, Blanca le entrega la documentación a Julia, rogándole que se la lleve lo antes posible a un abogado que reside en Buenos Aires.
En su periplo hacia la gran ciudad, Julia conoce por casualidad a Tomás, un joven sacerdote que regresa a sus pagos tras cuatro años de ausencia. Ambos no podrán quitarse los ojos de encima durante todo el trayecto. Y una atracción inmediata surgirá entre ellos.
Pero la travesía se pone cada vez más peligrosa: Julia descubre que dos matones vigilan sus movimientos. Entiende que la denuncia que trae entre manos es material sensible que puede afectar a personas poderosas.
Decidida a cumplir con la última petición de Blanca, Julia cree conveniente refugiarse en el Convento de Santa Rosa.