A sus casi 30 años, la actriz Florencia Otero se encuentra dentro del los “animales de teatro”. Después de trabajar mucho tiempo en obras musicales para adultos, volvió al género infantil con Rapunzel, El Sueño Sos Vos en el teatro Metro y regresa a ese mundo conectada desde otro lugar, el lugar de madre de Nina, su nenita de tres años: “Me encantan los chicos porque son sinceros, te bancan a muerte. No hay chantaje para ellos porque si les gusta la obra te lo dicen y si les disgusta también te lo dicen”.
Otero es una de las actrices que fue convocada para muchos clásicos para chicos, pero “nunca había hecho Rapunzel. Es la princesa más nueva de Disney. Y me gusta esta idea aun más porque se trata de una princesa que no espera a que venga su príncipe. Ella es la que sale a busca a su amor por sus propios medios. En lo que respecta a mí y a los padres lo que pasa con este espectáculo es que conecta con el niño interior”.
Flor Otero fue la elegida por la producción para reemplazar a Laurita Fernández, quien iba a debutar con su primer protagónico infantil en el teatro, pero sobre la marcha cambió de opinión y se pasó para Sugar. Otero, sine embargo, contó cómo es que llegó a ser Rapunzel: “Antes de Laurita para ese papel había audicionaron muchas personas, entre ellas, la China Suárez y Soledad Fandiño y a mí me habían dado otro papel. Cuando todo indicaba que Laurita iba a ser de Rapunzel, ella se baja y me llaman a mí para ese papel”.
Fue todo a último momento, a casi tres meses del estreno de la obra infantil. Para el papel del príncipe pasó algo similar, Mariano Martínez se había ganado ese papel, pero siguió los pasos de Laurita. Se fue.
“A mí me convocaron porque había audicionado y porque la verdad a esta altura de mi carrera tengo mucho oficio en el género musical y el infantil”.
En cuanto a su compañero de ruta, el ascendente galán Benjamín Alfonso, quien pronto tendrá mucha más vidriera con su debut en la pista más famosa del país, ShowMatch, dijo: “Es verdad que es nuevo en el género musical. Es un actor muy emprendedor, encontró el código de la comedia musical y el idioma de los chicos”.
La actriz que trabaja en el género de muy joven gracias a su hermana Marisol Otero, se animó a opinar sobre la producción nacional que en materia humana y preparación actoral “no hay nada que envidiar a Estados Unicos, la meca del musical. La única diferencia es la organización y recursos económicos. Nosotros, en términos generales, estamos atravesados con la frase ‘lo atamos con alambre’. Tienen otros tiempos para escribir e incluso ensayar. En nuestro teatro se genera muchos espectáculos por autogestión, que me parece bárbaro. Pero, se caen el abuso para no invertir ni pagar lo que corresponde”.
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