Hace prácticamente treinta años, Jaime Roos comenzó a representar para un sector del público argentino primero minoritario, pero en ascenso geométrico mes a mes- una síntesis que añoraba sin saberlo. Traía los ecos de un carnaval extirpado en tiempos en que la murga porteña preparaba subrepticiamente su regreso-, la épica del barrio y del fútbol, la bohemia del mostrador, un aroma implícito a tango y la cruza del candombe con un sonido contemporáneo que podían decodificar orejas formadas en el rock argentino. Mientras la cofradía de desconcertados por ese uruguayo que la clavó en el ángulo de la identidad propia se abocaba a descifrar signos en cada letra, la historiadora Milita Alfaro ya había escrito un libro, el Sonido de la Calle, sobre el autor de Brindis por Pierrot. Hoy, Alfaro publica una biografía Jaime Roos. El Montevideano. Vida y Obra- que pese a tantos conciertos, notas y masividad que pasaron bajo el puente consigue atrapar y sorprender hasta a aquellos antiguos rastreadores de señales.
l ¿Cómo surgió el libro? Es un proyecto suyo, pero Jaime también parece interesado en que saliera la biografía.
-Es un proyecto con una historia larga porque en 1987 hicimos un librito de diálogos de 80 páginas, que fue un anticipo de muchos temas que ahora se tratan con otra profundidad y perspectiva, y siempre estuvo el propósito... pero se iba postergando por el demencial trajín que Jaime tuvo en los 90 y principios de los 2000. Llegó y coincidió con el cierre de una etapa (mudanza, refacciones, nuevo amor, fin de consumos problemáticos y alejamiento de los escenarios y de todo compromiso que lo aprisionara) y la necesidad de Jaime de poner la casa en orden (clasificar los materiales de veinte años de carrera, reeditar toda su obra).
l ¿Por qué el título, siendo que Roos es muy local, pero el mundo está muy presente en su desarrollo artístico y su vida?
-Es muy uruguayo eso del apego a las raíces y el ansia en parte depositada en el afuera. La mirada del afuera nos construye. Hay una especie de articulación que da como resultado una obra intransferiblemente uruguaya marcada por una vida volcada al afuera debido a los orígenes familiares y los cruces étnicos y culturales que tienen toda una veta que remite a Europa. Eso explica el periplo (JR partió a Europa sin plan definido a los 21 años) de los primeros años de carrera, que fue un período tan fermental y aventurero... Resulta paradójico que haya sido justamente allá que terminó de definir su ideología estética de intérprete tan hondo del alma de Montevideo. Durazno y Convención la compuso pelando cebollas en Amsterdam.
l Pero es El Montevideano y no El Uruguayo.
-El Uruguayo puede funcionar desde Argentina, pero allá en mi país sería medio neutro. Y el título enfatiza la relación tan entrañable que tiene con uno de los pilares de su obra, la ciudad. Este libro es un relato biográfico con un protagonista y otros personajes, entre los cuales el más importante es Montevideo.
l También de este lado del Río de la Plata se lo tomó como traductor de un espíritu que estaba en el aire.
-Es muy profundo el sentimiento rioplatense y Jaime, entre otros, expresa eso. Reivindicó sentimientos rioplatenses que entrelazan imaginarios. Se vincula con el Montevideo que Borges definía como la Buenos Aires que había sido. En parte es una mirada algo nostálgica hacia un pasado que se perdió.
l Lo conoce mucho a Jaime. ¿La sorprendió algo?
-Precisamente, los comentarios que provocó en Argentina. En el relevamiento me encontré con palabras impresionantes escritas de este lado. En Uruguay no se dijeron cosas tan profundas. Nosotros estamos demasiado implicados y no tenemos la perspectiva para analizarlo tan a fondo. Para mí fue un descubrimiento. En Argentina, donde se establece una relación entrañable, hay una mirada muy enriquecedora que encuentra rasgos uruguayos en Jaime que nos sorprenden.
l En Roos está presente la ciudad y sus personaje, pero también una búsqueda por trascender el costumbrismo. Y en el último disco de estudio, Fuera de Ambiente, el foco pasa a puertas adentro.
-Fuera de Ambiente es mucho más intimista, está inclinado hacia sus afectos como su madre y su mujer de aquel momento, y hacia sí mismo. Es un disco descarnado con Tema del Hombre Solo como punto cúlmine. Para trascender lo anecdótico a veces parte de ámbito colectivos y en otros habla desde un lugar más íntimo, retraído en sí mismo. Y es significativa la forma en que se siente ese repliegue en Fuera de Ambiente.
l ¿Develó si el hombre explica el artista, como se preguntó al iniciar el viaje del libro?
-Vi que vida y obra se potencian y que el contexto, la existencia, explica mucho del arte. Es una vida de idas y venidas, llena de logros pero también de crisis. Y se nota la lucha denodada por preservar la libertad artística, algo que en algunos países, no en Argentina donde fue distinto, no es tan fácil.