
Integró durante 15 años el histórico grupo que revolucionó el humor musical y luego desarrolló una prolífica carrera propia con La Banda Elástica y múltiples proyectos artísticos en la Argentina y el exterior.
El mundo del espectáculo argentino despide a Ernesto Raúl Acher Abulafia, uno de los integrantes históricos de Les Luthiers y una figura central en la renovación del humor musical en el país. Músico, compositor, humorista y docente, Acher dejó una marca profunda tanto dentro del emblemático grupo como en su extensa trayectoria posterior.
Nacido en Buenos Aires el 9 de octubre de 1939, desarrolló desde joven una fuerte inclinación por la música. Estudió piano y clarinete, se vinculó tempranamente con el jazz y, aunque se graduó como arquitecto en la Universidad de Buenos Aires en 1965 -donde también ejerció como docente-, su vocación artística terminó imponiéndose.
Su llegada a Les Luthiers se concretó en abril de 1971, cuando ingresó inicialmente como reemplazo temporal de Marcos Mundstock en la lectura de textos. Con el regreso de Mundstock, Acher fue invitado a sumarse de manera estable y se consolidó como compositor, arreglador y multinstrumentista. Permaneció 15 años en el grupo y fue una pieza clave en su evolución artística.
Dentro de Les Luthiers se destacó como el principal instrumentista de viento, además de su talento como pianista. Firmó algunas de las obras más recordadas del repertorio, como La Cantata del adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, La gallina dijo Eureka, Miss Lilly Higgins, Epopeya de los quince jinetes y el poema sinfónico Teresa y el Oso. En escena, dio vida a personajes inolvidables como Don Rodrigo, el Bufón Copoletto, Carlitos II y el rey de El rey enamorado.
Acher también tuvo
un rol decisivo en la estructura interna del grupo: impulsó el trabajo colectivo, promovió el uso de amplificación en escena y fue clave en el inicio de la carrera discográfica de Les Luthiers. Además, participó en la creación de instrumentos no convencionales y en el diseño de personajes como Antenor, el robot musical.
Su despedida del grupo se produjo el 27 de septiembre de 1986, con el espectáculo Humor dulce hogar. Dos años más tarde fundó La Banda Elástica, un proyecto de jazz con fuerte impronta humorística que fusionó tango, folclore y rock. Con esa formación estrenó cuatro espectáculos, grabó tres discos y realizó giras por la Argentina y países vecinos.
La carrera de Acher continuó con múltiples proyectos: colaboraciones con destacados músicos, espectáculos educativos y familiares, propuestas sinfónicas y trabajos en el exterior. En 2002 se radicó en Chile, donde dirigió orquestas, dictó clases universitarias y desarrolló una intensa actividad cultural, antes de regresar definitivamente a Buenos Aires en 2016.
En sus últimos años siguió activo con espectáculos unipersonales, programas radiales y la creación de la Offside Chamber Orchestra. Fiel a su estilo, nunca dejó de combinar rigor musical, humor inteligente y una profunda vocación pedagógica.