Yo no iba a hacer este filme pero cuando me lo ofrecieron fue demasiado tentador poder terminar no sólo esta trilogía sino la saga completa", reveló el director, guionista y productor J.J. Abrams en una charla en Bervely Hills durante las sesiones de prensa de la promoción mundial del filme.
La relación de Abrams con el universo "Star Wars" es profunda; fue el encargado de iniciar la trilogía de secuelas en 2015 (con Episodio VII - El despertar de la fuerza) y volvió ahora, de forma imprevista, para cerrarla. La última parte de la trilogía estaba asignada a Colin Trevorrow, pero diferencias creativas con la presidenta de Lucasfilm, Kathleen Kennedy, lo llevaron a dejar el proyecto en septiembre de 2017, cuando la cinta debía entrar en producción.
El éxito de El despertar de la fuerza, que superó los 2.000 millones de dólares en recaudación, y el hecho de que estuviera involucrado en el proyecto de las secuelas desde su inicio, convirtieron a Abrams en el nombre ideal para remplazarlo.
¿Que enfoque tomaste al asumir tal responsabilidad?
A: Tenía que sentirse como el final de todas las guerras, la batalla final no sólo externa sino psicológicamente para estos personajes. Como en Episodio VII, estos personajes recién se conocían y en Episodio VIII están separados durante casi toda la película, esta era la primera en que íbamos a ver a este grupo de amigos todos juntos en una aventura, que es lo que define el espíritu de Star Wars.
Y un componente vital de la saga como Carrie Fisher falleció antes del rodaje...
A: Nos dimos cuenta que no había forma de contar el final de la saga de los Skywalker sin ella. Teníamos que contar la historia de Leia de la misma manera que si Carrie siguiera viva. Algunas personas sugirieron seriamente que buscáramos a alguien para remplazarla, y yo aún no puedo creer esa sugerencia. No queríamos tampoco crear una versión de Leia generada por computadora. Entonces, revisamos lo que teníamos grabado desde Episodio VII y vimos que había un buen número de escenas que no habíamos usado. Fue extraño, porque teníamos todo este metraje que en su momento me entristeció no poder utilizar y que de pronto estaba ahí disponible para esta otra película que no preví que iba a filmar. Fue como una respuesta mágica para nuestro problema.
¿Cómo las aprovecharon?
A: Nos dimos cuenta que si escribíamos las escenas alrededor de lo que teníamos de ella podíamos incorporarlas. Entonces, está siempre ella en la película, no hay una Leia digital. Logramos que su personaje interactuara con el resto de los personajes de una manera que espero que para el público funcione.
¿Qué tan difícil fue lograr que quedara como imaginabas?
A: Estamos hablando de una película en la que en una escena cualquiera hay sesenta personas, cuatro droides, nueve marionetas con cuatro titiriteros por cada una... Ya de por sí tenés que lidiar con algo técnicamente desafiante, tener que incorporar a Carrie no se sentía tan complejo.
Dicen que no hay peores críticos de Star Wars que sus propios fans. ¿Cómo te afecta la exigencia que tendrán por el final de toda la saga?
A: Al entrar en esto tenés que aceptar que no vas a satisfacer a todos. No importa lo que hagas, habrá gente que estará muy desilusionada si no cambiás lo suficiente respecto de la trilogía original, y habrá una igual cantidad de personas desilusionadas porque van a pensar que cambiaste demasiado. Si el costo de poder ser parte de esto es estar expuesto a niveles altos de negatividad, que así sea.
El realizador no sólo tuvo que asumir el rol de capitán del proyecto con los tiempos muy ajustados y reelaborar el guión -lo hizo junto a Chris Terrio- para darle un final digno a la saga que lleva 42 años sumando más y más fans, sino que debió también lidiar con la inesperada muerte de Carrie Fisher. Ya sin Han Solo (Harrison Ford) ni Luke Skywalker (Mark Hamill), su personaje, la emblemática líder rebelde Leia Organa, iba a tener un rol preponderante en el capítulo final de Star Wars.
Los más nuevos en la saga, como Rey (Daisy Ridley), Finn (John Boyega), Poe (Oscar Isaac) y Kylo Ren Adam Driver), y algunos viejos como Lando Calrissian (con el regreso de Billy Dee Williams) se ven envueltos en la batalla final entre la Resistencia y la Primera Orden, entre los Jedi y los Sith.
Una de las grandes novedades que trae Star Wars, El ascenso de Skywalker, episodio final de la tercera trilogía y de toda la saga galáctica creada por George Lucas, fue el regreso del actor Billy Dee Williams al rol de Lando Calrissian.
El personaje, un favorito de los fans, pícaro apostador y contrabandista amigo-enemigo de Han Solo, estuvo presente solo en El imperio contraataca (1980) y El regreso del jedi (1983), y era el único de los miembros de la trilogía original que no había sido convocado cuando Disney proyectó la trilogía de secuelas en los últimos años.
¿Qué te motivó a traer de vuelta a Billy Dee Williams como Lando Calrissian?
Abrams: Porque los nuevos personajes viven en la misma galaxia que los de la historia original, que son como leyendas. Rey se había criado escuchando hablar de Luke Skywalker sin saber si era real. La idea de que un hombre legendario para este universo como Lando pudiera cruzar caminos con ellos era muy interesante.
¿Por qué ahora y no para El despertar de la fuerza?
A: No se puede hacer todo en una sola película; y entre las cosas que sentí que no encajaban en esa y que esperaba que pudieran darse más adelante estaba este encuentro con Lando. No sabía cómo ni cuándo, pero como fan tenía que pasar
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