No por casualidad la actriz hace referencia a esta década tan rememorada en los medios y en la mente de quienes la vivieron. Es que ella protagoniza "Las novias de Travolta", dirigida por Osvaldo Laport, donde junto a Viviana Sáez, Adriana Salonia y Goly Turilli interpretan a cuatro amigas que se reencuentran y rememoran sus años dorados. Viggiano conversó con Diario Popular sobre la obra, sus proyectos y el revival a la época disco.
Reunidas para el cumpleaños de una de ellas, cuatro amigas llegan a la conclusión de que pertenecen a esa generación puente entre la máquina de escribir Olivetti y el Windows, entre la telenovela de la tarde y los reality shows.

En clave de comedia, ellas harán un balance de su infancia, reconstruirán el puzzle de su adolescencia y brindarán por la amistad, por la música de los años 80, por el presente y por el futuro.

Las cuatro protagonistas que recrean "Las novias de Travolta" en el teatro Chacarerean son Patricia Viggiano, Viviana Sáez, Adriana Salonia y Goly Turilli.

Dirigida por Osvaldo Laport, la pieza teatral de Andrés Tulipano juega con el ida y vuelta entre el presente, el pasado y la incertidumbre de un futuro que está por llegar.  

Diario Popular conversó con Patricia Viggiano sobre su personaje, sus proyectos y su mirada sobre la tv actual.

¿Cuál es tu personaje en "Las novias de Travolta"?

Mi personaje es Cris, una mujer de 42 años, que es doctora, es divorciada y convivió no mucho tiempo con su marido. Es una mujer a la que no le gusta mucho la convivencia y que se enamoró de un chico de 25 años. Dentro de la obra, es un personaje que tiene que tomar una decisión de vida con respecto a qué va a hacer con esta relación que tiene.

¿Cómo te llega la propuesta de participar de la obra y qué es lo que te decide a aceptarla?

 La propuesta me llega a través de Osvaldo (Laport) que me llama por teléfono y me dice si tengo ganas de hacer teatro. Le dije que sí, porque una de las cosas que más ganas tenía de hacer era teatro. Casualmente, yo estaba trabajando en un material que tenía para mujeres, pero esta obra no es específicamente para mujeres, sino de mujeres. Entonces, me pareció increíble que justo en ese momento él me llamara para hacer algo más o menos dentro de lo que yo estaba pensando. Le dije que sí y ahí empezamos a trabajar.

Y lo que me llevó a hacerlo es esto de que yo tenía muchas ganas de hacer teatro y en particular tenía ganas de hacer una comedia dramática y esta obra lo es: te reís mucho en muchos momentos y de repente entra en una zona en la que el espectador no sabe si se tiene que reír o se tiene que poner serio. Y eso produce una identificación y eso me pareció muy interesante, el poder entrar en la comedia y el drama de una manera en la que casi el espectador no se da cuenta que está entrando.

¿Cuáles son las oportunidades que te da el teatro que no te da otro medio, como la televisión, por ejemplo?

El teatro lo que tiene es que te da un tiempo de elaboración del personaje que no te la da la televisión o el cine, por ejemplo. Vos vas descubriendo el personaje tanto en el cine o en la tele con una idea de lo que vas a hacer y de lo que después el director te va pidiendo que hagas, pero lo vas transitando y una vez que se filmó o se grabó, ya quedó. El teatro, en cambio, te da la posibilidad, a través de los ensayos, de experimentar, probar distintas cosas, equivocarte, volver a trabajar desde el error para que crezca y el personaje cada vez encontrarlo más. Entonces, para un actor es una posibilidad de trabajo de laboratorio que no la tenés en otro lado. Y una vez que estrena ese personaje, no quiere decir que ya lo encontró, porque sigue encontrando todo el tiempo cosas nuevas, pero tiene un tiempo de elaboración. En la televisión, vas elaborando sobre la marcha y quedás más expuesto.

Y además en el teatro tenés la reacción inmediata del público...

Y tenés la devolución del público, exactamente. Y eso lo que hace también es que vayas manejando determinadas cosas, sobre todo en la comedia, de acuerdo a lo que va pasando con el público. Por ahí, aparecen chistes donde vos no esperabas, entonces tenés que esperar al público a que termine de reírse.

Con respecto a trabajar dirigida por Osvaldo Laport: ¿encontraste alguna característica para remarcar que lo diferencie de otros directores?

Cuando él me propuso una obra de mujeres, yo lo único que pensaba era si un hombre podría tener una visión femenina. Y la verdad es que me sorprendió notablemente, porque, si bien yo ya sabía que Osvaldo era un tipo sensible porque ya había laburado con él, tuvo una comprensión de estos personajes y una sensibilidad que a la hora de dirigir yo le agradezco que la haya tenido, porque hay cosas que nos pasan a las mujeres que los hombres no pueden entender, por funcionamiento. Además, es un actor y director que te sugiere cosas y vos te vas sumando y vas probando. Es actor, entonces eso también está bueno a la hora de dirigir.

El rol de John Travolta ¿es simbólico en el encuentro de estas cuatro amigas?   

Lo que se juega con el tema de Travolta es que a partir del momento en que las amigas se encuentran empieza a contarse la vida de las cuatro juntas en la actualidad y van hacia atrás también. Entonces, en el atrás, aparece la música de esa época, los asaltos, aparece la música disco, en un momento se ponen a hacer una coreo que hacían en el colegio cuando estudiaban juntas... Es la vuelta atrás, como una especie de volver a la época en que éramos chicas.

Y, en este sentido: ¿Por qué crees que a la gente le gusta tanto esto de volver atrás y recordar esa época de los '80? Pasó con el éxito de Graduados, por ejemplo.

A mi me parece que esa época tenía una ingenuidad que es atractiva para los que la vivimos. Primero, te conecta con tus recuerdos inmediatos, a olores, a sensaciones, te conecta con esa aparte tuya, que tu 'yo adulto', lleno de responsabilidades, va dejando de lado. Y en esta obra pasa eso. Lo que me parece que está pasando con el tema de la televisión, y que pasó con Graduados, es que la gente está necesitando volver a un humor más blanco. Y yo creo que tiene que ver también con que la televisión ha ido a un extremo y la gente no quiere más peleas. Y yo celebro que así sea. Por ahí estaría bueno que pase como pasó en Graduados que volvieron a Charly, a esa época... Estaría bueno rescatar ese espíritu y llevarlo a la actualidad.

¿Cuáles son tus proyectos para este año? ¿Tenés alguna propuesta para televisión?

Acabo de terminar de grabar un capítulo para Historias del Corazón (Telefé), que se llama El vestido rojo. Voy a seguir con el teatro, por el momento. Y si viene algo que me interese hacer en televisión, lo voy a hacer.


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