Ayer por motu propio, la vedette María Eugenia Ritó tomó la decisión de volver a internarse en una clínica para recuperarse de las adicciones y de su depresión. En horas de la mañana de ayer junto a un amigo salió de su casa y se traslado en su auto al nosocomio: “Toqué fondo, estaba media pasada y casi muerta”.
La semana pasada tomaron estado público las imágenes de un video en el que fue grabada cuando en una estación de servicio de Capital federal se vio a un Ritó desbordada y desencajada pidiendo que alguien le venda droga. En todo momento, la vedette se refirió a ese hecho que estaba alcoholizada y no drogada.
En la puerta de su casa y en un día feriado, Ritó se dirigió a la clínica y antes brindó notas: “Un día la pasé mal sola en casa. Obvio que por la cabeza se cruzaba cualquiera cosa”, contestó frente a la pregunta si alguna vez se le ocurrió tomara una decisión drástica.
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“Cuando llegaba a ese momento dramática lo único que me convencía para no dar el paso era una foto de mi madre, mis amigos y la gente que me quiere”, agregó. En cuanto a la modalidad de internación, muy cauta Ritó señaló que “eso lo van a decidir los médicos”.
No es la primera vez que la vedette ingresa a un centro para el tratamiento de adicciones. En algunas ocasiones ingresó y permaneció un tiempo internada y luego salió con la promesa de continuar con el tratamiento ambulatorio. Ayer en declaraciones a la prensa, Ritó reconoció que “la última vez no lo terminé, salí, recaí y demás”.
Entre expectante por tomar la decisión correcta y angustiada, Ritó dijo que “no es fácil estar en el mundo de las adicciones. Los videos que se dieron a conocer la semana pasada, soy yo. No hay ninguna duda y yo lo sentí como una llamada de atención. El detonante para volver al tratamiento”.
Desde su traumático divorcio con quien fuera su marido, el abogado Marcelo Salinas, la vedette cayó en un pozo depresivo y,lejos de recuperarse,, agravó su cuadro con las adicciones. Con su ex mantiene una feroz pelea en los tribunales por la cobertura del tratamiento y división de bienes.
Gracias a la labor de su abogada, Ana Rosenfeld, la pelea se está definiendo a favor de la vedette, al menos, en el aspecto de cobertura médica.
Ahora a Ritó le esperan tiempos difíciles en el inicio de un nuevo tratamiento. Quienes sigue los pasos de ella muy cerca son dos personas, la hermana y la abogada. Sobre esta caída los amigos del medios se abstienen de dar alguna opinión.
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