El joven confesó que el hermano de su madre fallecida lo agredió durante una década y que la convivencia con él fue una "tortura".
En las últimas horas se conoció que a Ulises Jaitt le pusieron una perimetral por la que no se puede acercar a su sobrino, Valentino, hijo de su hermana fallecida, Natacha. El joven lo denunció públicamente y en la justicia por haber ejercicio violencia física y psicológica contra él durante casi una década. "Agarraba un palo de escobas y me lo partía en la espalda".
"Perdí un montón de años de mi vida, de infancia, algo que hoy en día me está costando superar. Soy muy inmaduro en un montón de aspectos, fruto de que yo de chico no fui un niño, sino un pibe que trataba de atravesar un montón de problemas familiares con su tío violento", comenzó Valentino, hoy mayor de edad.
"Me agarró miedo porque no sé qué va a hacer este tipo una vez que entre a un programa. Ver a alguien en la cámara, que es tu familiar al cual amaste por muchos años y que terminó caga… a trompadas, son un montón de emociones encontradas. Ver a alguien en la cámara, que es tu familiar al cual amaste por muchos años y que terminó caga… a trompadas, son un montón de emociones encontradas".
"Pero, sacando lo violento que fue él conmigo, él busco lo mejor para mí y la manera de no tocarme pero todo recaía en lo mismo. Fue así desde mis 8 hasta mis 16 años. Empezó con cachetadas porque era más chico y si me hacía un golpe más fuerte, me mataba. Si yo me portaba más de tres veces mal, a la cuarta me cagaba a trompadas. Me educaba así porque quería usar la misma forma que su papá con él, en vez de mandarme con otro familiar o a un hogar", compartió, Jaitt.
"Después empezó con zamarreos, me pegó con cinturón, me dejó con marcas en las piernas, me ha dejado lesiones en la cara, subido hasta el baño para darme con agua fría y pegarme ahí, agarraba un palo de escobas y me lo partía en la espalda", contó Valentino, sobre uno de los hechos más violentos que sufrió.
"Una vez estuve una semana rengo, no pude caminar, mientras él se cagaba de risa, diciendo que me la tenía que bancar. No podía salir a la calle si había pasado algo con él porque sabía que lo iban a denunciar", profundizó Jaitt, sobre una de las secuelas físicas que le habría generado la virulencia de Ulises.
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