No es por nada que en la actualidad se habla de "ciudadanos del mundo". Cada vez es más frecuente que, por lazos sanguíneos u otros motivos, jugadores representen a una Selección que no es la de su país de nacimiento -de hecho, Argentina comenzó un proceso de reclutamiento de futbolistas que no necesariamente nacieron en suelo argento-. En el Mundial de Qatar, la cifra impresiona: son 137 los futbolistas que jugarán para otro país.
La Selección que más extranjeros de nacimiento tienen en su lista mundialista es Marruecos, con 14 de 26... ¡Más de media nómina! Los más destacados son el arquero Yassine Bounou, nacido en Canadá, el zaguero central Roman Saiss (Francia), Achraf Hakimi (España) y Hakim Ziyech (Países Bajos).
Los restantes del combinado africano son Munir Mohamedi (España), Mazraoui, Amrabat y Aboukhlal (Países Bajos), Amallah, Chair y El Khannous (Bélgica), Harit y Boufal (Francia) y Cheddira (Italia).
Túnez y Senegal tienen 12 por lado, con predominancia francesa. En la primera se encuentran Hassen, Talbi, Bronn, Ghandri, Kechrida, Mejbri, Laidouni, Skhiri, Kazri y Sliti (Francia); más Ben Slimane (Suiza) y Drager (Alemania).
En la segunda, los franceses son Edouard Mendy, Kalidou Koulibaly, Sabaly, Diallo, Ballo Touré, Nampalys Mendy, Dia, Pape Gueye y Ndiaye; mientras que Dieng, Jakobs y Jackson son suizo, alemán y de Gambia, respectivamente.
Luego siguen Qatar (mucha variedad de nacionalidades) y Gales (todos menos uno son nacidos en Inglaterra), con 10 cada una. Australia y Camerún cuentan con 9, con predominancia francesa en el país africano; Ghana tiene 8 (franceses, alemanes e ingleses); Canadá, Croacia y Portugal, 7; y Estados Unidos, 6.
A su vez, Serbia tiene 4; Francia y Suiza 3; Polonia, España, Ecuador (uno de ellos, el argentino Hernán Galíndez) y Alemania, 2; y tanto México como Uruguay cuentan con los argentinos Rogelio Funes Mori y Fernando Muslera, respectivamente. También tienen uno: Dinamarca, Inglaterra, Irán, Países Bajos, Costa Rica, Bélgica y Japón.
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