Repasá tres jugadores de Racing y tres jugadores de Independiente que supieron destacarse en los clásicos.
Indiscutido. Diego Crosa todavía está caído en la vieja Doble Visera, mientras el Kun gambetea, y engancha, y vuelve a amagar, y convierte el cuarto gol de un partido memorable que terminó con goleada para Independiente. En el Cilindro también brilló: con dos goles suyos, ganaron 2-0 en 2006. Le gustaba jugar con Racing. Y se notaba.
Goleador feroz. También: se agranda contra el Rojo. Metió tres goles en clásicos en tres partidos, y jamás perdió cada vez que gritó un tanto. En 2004 y 2005, acomodó victorias importantes. Pero su pase de magia lo hizo en el último clásico, enganchó una chilena acrobática e igualó el partido 1-1 en el Libertadores de América.
Una sorpresa. El Chipi se enfrentaba con Racing y, de la nada, se convertía en un jugador imparable. En 2009, Independiente le ganó 2-1 a la Academia como visitante y el ex Atlético Rafaela gritó dos veces. El partido siguiente, como local, convirtió el 1-0 definitivo. Suficiente para ganarse la simpatía de la hinchada.
Un dato deja lo que significó José Sand en Racing: los únicos dos tantos que metió los hizo en un clásico que acabó con 2-0 para los entonces dirigidos por Luis Zubeldía. Después, la nada misma: se fue insultado por la gente. Pero en el recuerdo está esa tarde en que se sacó la camiseta y mostró sus abdominales para callar a quienes lo acusaban de gordo.
¿Qué decir de un jugador que jugó once clásicos y jamás perdió? ¿Qué aportar de un futbolista que le convirtió seis goles al rival histórico en cuatro etapas distintas? Rolfi Montenegro es, sin dudas, el gran ícono de los clásicos de Avellaneda de este siglo. Una figura monumental, una pesadilla para la Academia.
Los números no lo acompañan, pero ahí está: aunque no hizo grandes goles —salvo en su último clásico, cuando metió el penal que selló el 1-0 definitivo para Racing— supo hacer varios. Sin embargo, como ídolo del club, merece su lugar en este recuento.
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