Ya pasaron tres años de aquella tarde inolvidable en la que la Selección Argentina volvió a ser campeona del mundo en Qatar, una conquista que sacó a millones de argentinos a la calle y colmó el Obelisco tras 36 años de espera.
El 18 de diciembre de 2022 será un día difícil de olvidar para el pueblo argentino. A poco tiempo de haber salido de una pandemia mundial, la sociedad tuvo la posibilidad de vivir una jornada histórica: la Selección Argentina se consagraba campeona del mundo en Qatar tras 36 años de espera, devolviéndole al país una alegría eterna.
El torneo comenzó pisándole los talones a la Navidad, lejos del invierno que suele acompañar a los Mundiales. Argentina llegaba envalentonada, con una identidad ya marcada luego de levantar la Copa América 2021, nada menos que ante Brasil y en el Maracaná. El joven y por entonces cuestionado Lionel Scaloni supo imponerse a las críticas, construir un grupo sólido y llevar al seleccionado a lo más alto, obligando a un país golpeado a volver a sonreír y a creer.
La fase de grupos estuvo marcada por la presión y la obligación de reaccionar. El debut del 22 de noviembre ante Arabia Saudita fue un golpe inesperado: Argentina se puso en ventaja con un penal de Lionel Messi, pero dos goles en pocos minutos cambiaron la historia y dejaron al seleccionado al borde de la eliminación. La derrota encendió las alarmas y obligó al equipo a jugarse todo en los partidos siguientes.
Cuatro días después, el 26 de noviembre, llegó el partido bisagra frente a México. Con el nerviosismo a flor de piel y un estadio repleto, Argentina destrabó un encuentro cerrado gracias a un gol clave de Messi, que devolvió la calma y la ilusión. El tanto de Enzo Fernández selló el 2-0 y marcó un antes y un después en el Mundial.
El 30 de noviembre, ante Polonia, la Albiceleste dio una muestra de madurez. Pese a un penal fallado por Messi, el equipo mantuvo la calma y se impuso 2-0 con goles de Alexis Mac Allister y Julián Álvarez. Con ese triunfo, Argentina se quedó con el primer puesto del grupo y empezó a perfilarse como un serio candidato al título.
Lionel Messi festeja su gol ante México, el tanto que destrabó un partido clave y mantuvo con vida a la Selección Argentina en el Mundial de Qatar 2022.
En los mano a mano, la Albiceleste sacó a relucir su carácter. El 3 de diciembre, Argentina superó a Australia y avanzó a cuartos, donde llegó uno de los partidos más tensos del Mundial. El 9 de diciembre, ante Países Bajos, el equipo de Scaloni ganaba con goles de Messi y Nahuel Molina, pero el rival reaccionó sobre el final y forzó un empate agónico 2-2. En una definición cargada de nervios y polémicas, los penales volvieron a ser decisivos: el “Dibu” Martínez se hizo gigante y Argentina se metió entre los cuatro mejores.
La semifinal ante Croacia, el 13 de diciembre, fue una verdadera muestra de autoridad. Frente a un rival duro y experimentado, subcampeón del mundo en 2018, Argentina jugó uno de sus mejores partidos del torneo. Messi abrió el camino desde el punto penal y Julián Álvarez, incansable, selló el triunfo con un doblete para el 3-0 final. La Albiceleste volvía a una final del mundo con fútbol, personalidad y un equipo que ya se sentía imparable.
Ángel Di María define y marca el 2-0 ante Francia en la final del Mundial, en uno de los goles más recordados de la noche histórica en Lusail.
Esa final ante Francia fue una montaña rusa de emociones, no apta para cardíacos. Argentina se puso 2-0 con goles de Messi y Di María, sufrió la reacción del rival, volvió a adelantarse en el alargue y terminó definiendo todo en los penales tras un inolvidable 3-3. Con el “Dibu” Martínez como héroe y Lionel Messi levantando la Copa del Mundo, la epopeya se selló en 120 minutos eternos y desató un festejo popular histórico, con el Obelisco colmado y millones de argentinos en las calles.
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