El español ingresó en el entretiempo del duelo de Boca con Newell's y debió retirarse en menos de diez minutos. Tristeza e impotencia en el futbolista.
Tras recuperarse de una molestia muscular, Ander Herrera volvió a jugar en Boca pero en menos de 10 minutos se lesionó nuevamente y se largó a llorar en el banco de suplentes de la impotencia. El español, que solito se retiró del campo de juego, se hará estudios en las próximas horas para ver la gravedad de la lesión.
Luego de un flojo primer tiempo de Boca, que se fue 2 a 0 abajo al descanso, Herrera ingresó por Milton Giménez en el entretiempo junto a Luís Advíncula (por Blondel) y Rodrigo Battaglia (por Di Lollo) en medio de un volantazo de Gago en busca de una reacción del Xeneize que no llegó en Rosario.
Herrera pasó de la alegría, a la desazón en cuestión de minutos. El español sintió un tirón y solito se fue al banco de suplentes inmerso de tristeza: golpeó el banco y se sentó a puro llanto. Una muestra del compromiso del futbolista con el Xeneize, que lamenta demasiado no poder estar aportando en el equipo por sus problemas físicos.
Herrera venía de sufrir una molestia muscular la semana posterior al triunfo 3 a 0 a Central Córdoba en Santiago del Estero, donde fue una de las figuras del duelo. Si bien no fue un desgarro, no le permitió ser parte del último partido de Boca, aplastante 4 a 0 a Defensa y Justicia. Hoy volvió, en una vuelta en la que le salió todo mal.