Boca sufre su encrucijada al compás de Carlitos Tevez

En un orden que en este caso tiene que ver sólo con la cadena de mandos, pero que puede ponerse a gusto de quien lo desee sin que ninguna de las partes quede exceptuada de culpa de una eliminación insólita, a manos de un equipo desconocido en la mismísima Bombonera.

Cuatro años pasaron de aquella final perdida ante Corinthians, también por la Libertadores. Y pese al tiempo transcurrido hay hechos que emparentan este momento con aquel. Misma dirigencia, algunos jugadores en común y la presencia de un ídolo indiscutido que no estaba a gusto, con más ganas de irse que de quedarse.

LEA MÁS:

Aquella vez, Riquelme, en esta ocasión, Tevez. Y precisamente Carlitos está hoy en el centro de la escena porque se lo veía mal desde sus declaraciones en los últimos días. Sin esa sonrisa que lo caracteriza, con el rostro preocupado, ya en Ecuador dejó en duda el paso de Boca a la final y habló de "errores ajenos" sin incluirse entre los mismos.

Un síntoma inconfundible de fastidio, de pocas ganas y de intentar despegar de situaciones que no le gustan o no lo convencen. Por un lado con la dirigencia, por promesas que no le cumplieron; por el otro con el técnico Guillermo Barros Schelotto, por un sistema que no le cae bien y por refuerzos que sugirió pero no llegaron; y por último por compañeros que no respondieron en los momentos claves.

Claro está: Tevez también fue un desaparecido en acción ante los ecuatorianos y no es un dato menor porque, más allá de su enojo, de él dependían muchas de las chances de Boca para llegar a la final que tanto añoraban los hinchas. Un repaso detallado de sus actuaciones en la Libertadores que se terminó el jueves para Boca marca claramente la debacle de su rendimiento en las últimas dos llaves, donde tuvo un promedio de 4,75 tomando los encuentros frente a Nacional de Uruguay e Independiente del Valle, aunque en el global de todo el torneo le dio 6,25, con picos máximo de puntaje ante Bolívar (primera fase) y Cerro Porteño (ida y vuelta, en octavos de final).

Hoy se habla de que tiene ganas de irse, que lo tentó el West Ham de Inglaterra, pero nada de eso pudo confirmarse ya que extrañamente, por primera vez desde su vuelta a Boca, el Apache decidió irse primero que ninguno del vestuario y sin hacer declaraciones. Un indicio de que algo está pasando por su cabeza y no se anima a decirlo. En fin, con Tevez o sin él, Boca necesita reinventarse como equipo luego del papelón.

LEA MÁS: