Fútbol
El entrenador dijo que el Apache se hizo "malasangre por la derrota y cuando estás al final de tu carrera pasan estas cosas". En el entrenamiento, dialogaron apartados durante veinte minutos. ¿Está en la cabeza del técnico sacarle la titularidad?
El semestre de Carlos Tevez arrancó pésimo. La eliminación contra Independiente del Valle fue un golpe del que, para reponerse, debió tomarse cinco días de licencia. La decisión generó malestar en Boca. Su nivel, tras el descanso en Uruguay, no mejoró: el Apache parece una caricatura de sí mismo, un jugador cuyo nivel ni siquiera se asemeja al que se veía por televisión, mientras vestía la camiseta de Juventus.
En el segundo semestre, Guillermo Barros Schelotto se adaptó a él. Soltó el 4-3-3, su dibujo preferido, y construyó un esquema para que el capitán se sienta cómodo. No sucedió. Ante Lanús estuvo bajo. Esquivó las críticas con un golpe ciego, una mano acorralada: "Si hubiesen entrado las dos pelotas que puse de gol, el puntaje era otro", dijo en diálogo con la prensa después de perder 1-0 contra el Granate.
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Los hinchas, por primera vez, lo bajaron del altar. Algunos se animan a pedir que salga del equipo titular. Guillermo, hasta el momento, no se anima. En el entrenamiento de esta mañana, en el predio Pedro Pompilio, Tevez y el Mellizo dialogaron a solas durante 20 minutos. "Con Carlitos hablamos siempre, sólo que como ahora perdimos se nota más", dijo el técnico, en conferencia de prensa este mediodía.
"Quizás Tevez se hizo malasangre por la derrota del otro día y cuando estás al final de tu carrera pasan estas cosas", soltó Barros Schelotto, con cierta inocencia, en diálogo con Radio Continental. Tevez tiene 32 años. Retirarse no estaba en sus planes. Lo barajó, después de la eliminación en Copa Libertadores. Decidió seguir. Rechazó al Chelsea porque quería quedarse en Boca.
En los pasillos de La Bombonera los rumores empezaron a correr otra vez. Son rápidos y se reproducen como larvas: Tevez, cuentan, evalúa la posibilidad de dejar el club a fin de año. En julio, en una entrevista con Alejandro Fantino donde habló a corazón abierto, se lo notó cansado, pero enfático en su intención de continuar. Ahora, con las piernas como enredadas, con los resultados negativos como pianos que le caen en la espalda, la idea está en su cabeza otra vez.
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