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Saúl tuvo un problema en su riñón y, a sus 22 años, ya había tomado la decisión de sacárselo. Sin embargo, una charla con el Mono lo hizo cambiar de opinión.
La vida de Germán Burgos está atravesada por el cáncer de testículos que le diagnosticaron en 2003. El Mono estuvo complicado, pero con su fuerza, con su ánimo siempre alto, salió adelante. Hoy está recuperado, sin secuelas de aquella enfermedad que lo puso en peligro. Desde entonces, se toma la vida de otra manera: con la misma alegría, aunque con más sabiduría y frialdad para tomar decisiones.
Saúl sufrió un golpe en su riñón en 2015, en un partido contra Bayer Leverkusen. Ya había tenido problemas, y tenía un catéter puesto. Eso le daba funcionalidad "pero me dolía", cuenta el volante en una entrevista con el diario The Guardian. "El problema fue que cuando lo sacamos, el riñón no funcionó correctamente. Y me dieron dos opciones: volvérmelo a poner y seguir jugando, o sacármelo y parar por un mes", dice.
La respuesta de Saúl fue sencilla y concreta: "Doctor, quítelo, tengo otro". Saúl quería sacarse el riñón, a pesar de que el médico quería probar otras cosas. Fue entonces cuando apareció el Mono, después de hablar con el doctor. Lo encargó a su futbolista y le dijo: "El doctor dice que estás pensando en sacar tu riñón. ¡Tienes 22 años! ¿De qué estás hablando? Usa tu cabeza. Saúl, piensa en tu vida, en tu futuro. ¿Qué pasa si tienes un problema con el otro?", le inquirió.
Saúl, entonces, reflexionó y se volvió a colocar el catéter.
Desde entonces, es una de las figuras del equipo dirigido por Diego Simeone.
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