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Los roles se invirtieron para este tridente desde el episodio del gas pimienta en la Bombonera en la Libertadores 2015 a los hechos violentos que vivió el micro de Boca el sábado pasado cuando llegaba al Monumental para la frustrada final copera; ninguno de los tres resiste el archivo
Como los camaleones que cambian de colores según la ocasión... Del inolvidable episodio del gas pimienta en el 2015 en el Bombonera a la final suspendida de la Copa Libertadores 2018 por los episodios violentos de los hinchas de River contra el micro de Boca, Rodolfo D'Onofrio, Daniel Angelici y Marcelo Gallardo modificaron sus conceptos de manera radical y sorprendente. Los roles se invirtieron entre los de Núñez y los de la Ribera. Y el doble discurso de este tridente quedó expuesto ante el mundo.
Los tres hablaron demasiado después del inolvidable partido del 14 de mayo de 2015, los tres hablaron demasiado de nuevo en 2018, y ninguno resiste el archivo.
Ver a Rodolfo D'Onofrio invitar a jugar de manera desafiante a Daniel Angelici en la cancha, sin abogados y lejos del escritorio de la Conmebol, después de lo que hizo su club en 2015 con la presentación de pruebas en la sede de la confederación, es muy llamativo. Sobre todo, cuando este miércoles desde Mar del Plata, dijo que lo de ahora "no es comparable con lo de 2015".
O decir en 2015 que salieron de la Bombonera como si fuera "una guerra"; y en el 2018, minimizar los hechos que sufrió el actual plantel de Boca. O cuando se refirió a la salud de sus jugadores después del gas pimienta en Alberto J. Armando y al estado de los futbolistas de Boca tras las piedras y el gas que respiraron en la puerta del Monumental.
Tan lamentable como ver a Daniel Angelici pidiendo los puntos en la sede de la Conmebol en estos días, cuando en el 2015 dijo en más de una entrevista que "de la agresión no se puede sacar una ventaja deportiva". El doble discurso está a la orden del día en la novela de la Superfinal de la Copa Libertadores. Si no, pregúntele a Marcelo Gallardo.
El fin de semana, al DT de River se lo vio súper ofuscado, enojadísimo y "triste" porque la final no pudo disputarse con "naturalidad". Mientras que en 2015, el Muñeco les remarcó a todos que no se tomó "conciencia de la gravedad de la situación y lo que pudo haber sido" para sus jugadores, con el episodio del gas pimienta. ¿Porque no midió con la misma vara en 2018 cuando había jugadores de Boca lastimados?
Ninguno midió con la misma vara, ni D'Onofrio, ni Angelici, ni Gallardo. Y ahora cada uno de éstos personajes pretende que el otro lo entienda. Nadie entiende a nadie, porque a nadie le importa el otro. Todos quisieron y quieren sacar su ventaja, y quedar bien parados. Pero la única realidad, o al menos esta realidad, es que todos quedaron expuestos en su doble discurso.
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