El Partido Rojo: la historia de la mayor hazaña en los tiempos más oscuros

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*FOTO: Bochini mete el zurdazo goleador. Valdrá mucho más que un campeonato.

“Vayan, sean hombres, jueguen y ganen”.

A la arenga –inmortalizada en una bandera que desde hace años suele verse en la tribuna popular del estadio Libertadores de América- del entrenador José Omar Pastoriza a sus dirigidos le seguirá una hazaña sin precedentes ni sucesores hasta hoy en la historia del fútbol argentino. El zurdazo de Ricardo Bochini, con Guibaudo -arquero local- ya vencido en el suelo, significará muchas cosas. El 2 a 2 final -tras el 1 a 1 en la ida y con la ventaja que suponían los goles de visitante- llevará el título del Nacional 77 a Avellaneda, agigantará la leyenda del Bocha y transformará a ocho futbolistas en héroes de media ciudad. Y significará mucho más: la clave para dirimir una feroz interna en los altos mandos del Proceso de Reorganización Nacional, y el lápiz que trazará el mapa del fútbol argentino entero en las cuatro décadas siguientes.

El Partido Rojo, obra de Claudio Gómez y editado por Planeta, se para dentro de los márgenes de la investigación periodística: es la reconstrucción de aquella epopeya con todo el entramado político que la rodeó, en las voz de sus protagonistas. El libro será presentado este jueves, al cumplirse 40 años del día en que Bochini modificó mucho más que un resultado de fútbol. La cita será en la sede social de Independiente (Avenida Mitre 470, Avellaneda), a partir de las 19.30.

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“Luciano Benjamín Menéndez era el jefe del tercer cuerpo, una de las cinco zonas en que la dictadura militar había dividido el país. Tenía jurisdicción y control absoluto en diez provincias del norte y su base estaba en Córdoba. Y tenía un enfrentamiento de vida o muerte con Jorge Rafael Videla. Había dos grupos: Menéndez estaba con Emilio Massera en el bando de los llamados militares “duros", mientras que Videla formaba parte de los "blandos". Paradójico, ¿no? Videla del lado de los blandos… En esa interna estaba la pelea por la presidencia, y en esa coyuntura se juega este partido. Menéndez, como propaganda y como estrategia, necesitaba que Talleres saliera campeón”, detalla el autor.

Gómez cuenta que Menéndez “tenía un vínculo muy estrecho con Amadeo Nuccetelli, presidente de Talleres. De hecho, llegaron a armar amistosos entre los titulares de Talleres y los militares del tercer cuerpo”, y señala que “eran partidos absurdos: futbolistas profesionales -algunos estrellas-, contra soldados, cabos y sargentos. Hacían asados. Y hasta viajaban a Buenos Aires y cenaban con Massera, por ejemplo.

La Boutique se había preparado para la noche de gloria de Talleres. Y nada debía interponerse en el medio. “Antes de esa final, convocaron al vestuario del árbitro a los dos presidentes, Nuccetelli y Julio Grondona, y a los dos entrenadores, Roberto Saporiti y José Omar Pastoriza. Menéndez ya estaba en el vestuario del árbitro, y cuando terminó esa reunión se quedó con él. Lo que pasó después se sabe: Talleres hizo un gol con la mano e Independiente sufrió la expulsión de tres jugadores en la misma escena. Claramente, la presencia de Menéndez en el vestuario del árbitro tenía un propósito bien claro”, sostiene Gómez.

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*FOTO: El "Japonés" Pérez y Trossero le protestan al árbitro. Larrosa no lo puede creer. Los dos últimos acaban de ser expulsados.

El Partido Rojo tuvo otra trama central que el libro reseña detalladamente, y es su influencia en la definición de las nuevas autoridades en la AFA, que un año más tarde marcarían el inicio de una era que se prolongaría durante las décadas siguientes.

Destaca el autor que “los dos grandes candidatos a asumir el sillón eran justamente Julio Grondona, presidente de Independiente, y Amadeo Nuccetelli, su par de Talleres. Y ambos representaban dos modelos contrapuestos: Nuccetelli aglutinaba a todos los clubes del Interior, mientras que Grondona encarnaba una impronta más centralista. Se suponía que el ganador de ese partido iba a correr con ventaja, y hasta Luciano Benjamín Menéndez le había prometido a Nuccetelli que sería el nuevo presidente de la AFA en caso de ganar la final. El gol del Bocha cambió los planes: el presidente finalmente fue Grondona, y por 35 años. Esto tiene que ver con las consecuencias, nefastas o no, que también tuvo ese partido y, fundamentalmente, ese gol: no sólo destruyó el plan del peor de los genocidas, siendo que Menéndez tiene 12 condenas a cadena perpetua, sino que además modificó el futuro del fútbol”.

-El libro reposa en hechos que van más allá de Independiente y un partido que marcó su historia. ¿Cuál fue el mayor impulso para hacer este trabajo?

-Por supuesto que es un libro destinado a los hinchas del Rojo. Hay una hazaña protagonizada por Bochini, el gran héroe de todos los hinchas. Pero creo que también les puede interesar a los futboleros en general, porque es una historia maravillosa. Intenté partir desde el deporte para contar otras historias. Es algo que hice en mi libro anterior, Maten al Rugbier (Editorial Sudamericana, 2015): hacer una escala en el momento histórico de la gran tragedia argentina, que a pesar de que ha sido un período muy revisitado, creo que está bueno entrarle por el deporte, porque es un trampolín para que determinados lectores, quizás aquellos menos interesados en temas políticos e históricos, lleguen a otras historias.