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Para Gallardo las formas dicen mucho más que un resultado. Por eso la derrota frente a Newell´s dejó abierto el interrogante que va más allá de un 1-3, y advierte uno de los momentos más duros de la exitosa era del Muñeco al frente del equipo, que tiene una final por delante
“No tenemos respuestas futbolísticas, un error llama a otro error, y no salimos de ese espiral de negatividad”, explicó un Gallardo preocupado y ocupado. Sí bien no entró en detalle, la pregunta del millón que se hace él mismo, y por sobre todo el hincha, es: ¿qué le pasa al equipo? La respuesta es un conglomerado de situaciones que desembocan en un partido, Lanúus 4 - River 2; ese fue el amargo punto de partida y de llegada al mismo tiempo de un año que se fue poniendo horrible con el correr de los meses. Veamos algunas razones que son como los vagones de carga de este tren sin victoria.
River va a jugar la final de la Copa Argentina ante Atlético Tucumán el sábado 9 de diciembre en Mendoza, en el cierre de un semestre que se va terminando con un espiral de negatividad.
Lesiones
El segundo semestre fue terrible. A las historias recurrentes con Lollo y Larrondo, que volvieron a operarse durante el 2017, se sumó primero lo de Mora y su extraño infarto en el fémur y luego una seguidilla de problemas musculares por las que pasaron casi todos: Maidana, Moreira, Casco, Nacho Fernández, Saracchi, Rojas y, ayer, el doblete Pity y Enzo Pérez. Buscar un mismo equipo repetido en lo que va de la segunda parte el año es casi imposible.
Doping
El sacudón del doping River todavía lo está pagando. Primero y principal, porque perdió a un jugador titular como Martínez Quarta y a otro que resolvía muchas cosas como Mayada. Y después por los aires de desconfianza, sorpresa, conspiración y líos que causó el tema. La mancha involuntaria generó un clima tan raro como pesado dentro del plantel, y si bien la clasificación de la primera fase ya estaba acomodada, aquel suceso marcó una de las tendencias negativas de la que hoy se está hablando.
Alario y Driussi
Los dos delanteros habían sumado una cantidad de goles tremendos en el año que jugaron juntos. Desde junio del 2016 a julio del 2017, los dos tuvieron más de 40 partidos cada uno y entre ambos sumaron 46 goles. Las cláusulas de salida dejaron a River sin sus goleadores. La de Driussi dejó tiempo para conseguir reemplazante, la de Alario fue letal. No hay equipo en el mundo que puede componerse rápido de un golpe de ese estilo.
Refuerzos
El tema anterior lleva a éste. Los refuerzos en la ofensiva estaban para un proceso de adaptación y terminaron siendo titulares con el costo que eso significa. Scocco llegó y tuvo que ponerse al hombro la ofensiva los 13 goles en 19 partidos no alcanzaron. Borré y De la Cruz que estaban para ir acomodándose terminaron jugando mucho y pagando esa falta de paciencia. El resto de los refuerzos entró en el mismo espiral; Lux cometió errores que lo sacaron del equipo, Pinola empezó bien y se fue desdibujando, Saracchi arrancó para ganarse el puesto y se desgarró, Enzo Pérez tuvo un partidazo ante Wilsterman y desapareció ante Lanús. Así lo que pintaba para el mejor libro de pases de la historia, acaba en un cono de sombras.
Bajos rendimientos
La columna vertebral de Gallardo, los jugadores que fueron claves para el DT y los que más jugaron, no pudieron salir de ese mal semestre. Maidana entre lesiones y flojos partidos pagó no tener a Martínez Quarta, Ponzio mantuvo el nivel hasta donde le dio el cuerpo, Pity y Nacho siguieron con sus altibajos y Rojas no volvió como se fue. Apenas para rescatar como positivo lo del pibe Montiel que le dio algunas soluciones pero se sabía que no le iba a cambiar la ecuación.
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