Ni bien el árbitro pitó el final Ariel Holan saltó al campo de juego a abrazarse con todos los que pudo. En su camino se fue encontrando con los muchachos que interpretaron a la perfección su idea, lo agarró a Tagliafico, se chocó con Alan Franco y no se quedó ahí.
Quiso abrazarlos a todos, Barco, Gigliotti... Se le saltaba el corazón, el sueño que desde chico tuvo se le había hecho realidad. Por su mente pasaron en un segundo miles de recuerdos, el sufrimiento que debió atravesar desde que llegó al club, la imagen de su padre al que ha venido mencionando desde que llegó al club, el responsable de haberle inculcado el amor por el Rey de Copas, y todo lo que este grupo debió sortea para poder devolverle la alegría copera a Independiente. En caliente, con lágrimas en sus ojos, emocionado a más no poder, con la sinceridad a flor de piel el entrenador reconoció “Esto es para mi papá, es muy fuerte, es un sueño, es como yo quiero ver al club, no me quiero despertar. Justo en esta cancha, en este estadio mítico, uno de los más grandes del mundo donde Independiente logra coronarse por tercera vez y hoy nos tocó a nosotros. Es mi club y lo amo con toda mi alma”. Y sin que casi nadie lo esperara el entrenador lanzó un mensaje sobre su continuidad al frente del plantel “Sufrí mucho, mi familia también, no se si voy a seguir”.
En plena vuelta olímpica se escuchó en todo el Maracaná “Olé, olé olé olé, Holaaaaan, Holaaaaan” que sin dudas quedará en la retina del técnico marcado a fuego. Y Holan dentro de su humildad no dejó de reconocer a sus jugadores en este logro “el equipo tuvo fútbol, valentía y tengo veintiocho leones de los que estoy orgulloso ser su entrenador”.
Holan no solo es el padre de la criatura por su capacidad como entrenador y en el ojo para conformar el plantel, Holan le devolvió una identidad a Independiente que había perdido, rescató valores históricos, unió al club, revalorizó a las glorias e hizo que cada uno de los jugadores entendieran dónde estaban jugando.
También al ser hincha y haber vivido momentos gloriosos realizó hincapié para que sus muchachos contemplaran la historia que los había precedido con el fin de seguir escribiendo su propia historia con la tinta de la gloria. Un poco más tranquilo el entrenador se presentó en conferencia de prensa donde se disponía a hablar un poco más en profundidad sobre lo futbolístico pero los jugadores lo tomaron por asalto y lo bañaron literalmente. Al grito de “y dale dale dale dale dale Ro, te vinimos a ver, te vinimos a alentar de la mano de Holan la vuelta vamo a dar”.
El entrenador se disculpó con los presentes y regresó a la intimidad del vestuario donde prosiguieron los festejos y le calzaron la corona de Rey. En las próximas horas tendrá que juntarse con su familia, meditar demasiado sobre el futuro y decidir si continúa comandando este barco.
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