La adaptación de Enzo Pérez sigue siendo una cuenta pendiente

No es casualidad que el Muñeco se refiera específicamente a Pérez. Es que en estos estos días en River se habla mucho en relación a su posición táctica y, por consiguiente, del sistema táctico que con su salida cambia porque ingresa Ignacio Scocco, otro delantero. Fueron apenas dos partidos y media docena de ensayos: la medida es corta. Pero lo que sí está en evidencia es que hasta los consagrados sufren la adaptación. El proceso no es fácil y hay al menos un par de factores que el ex jugador de Valencia debe resolver y asimilar en relación a lo que le pide Gallardo.

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El primero tiene que ver con la posición. Enzo Pérez jugaba de volante central en España y su labor era manejar la pelota en una zona con espacios y tiempo para pensar el pase a los volantes ofensivos. Allí su capacidad de visión —en especial para el contragolpe— le jugaba muy a favor. Ahora tiene jugar delante del volante central, ser el jugador que recibe el pase y el que gestiona con los delanteros los ataques. En esa zona con pocos espacios y con poco tiempo para pensar sufre la falta de adaptación y sufre, sobre todo, lo que es un sello del fútbol argentino: la marca, la presión, el roce; lo físico. Por eso cuando va por afuera rinde más, porque en esa zona tiene un poco más de espacios. Pero, en ese escenario, taparía las subidas a los laterales, algo primordial para el DT. Ante Atlas, de todos modos, Enzo participó en los dos goles como con pases de gestación: el primero a Alario y el segundo a Moreira.

El otro factor no menos importante es que en el sistema de juego de Gallardo necesita que los jugadores con obligaciones ofensivas no le den referencias a la marca rival. Por consiguiente debe haber una movilidad y un intercambio de lugares, en especial con Nacho Fernández y Pity Martínez. Ese funcionamiento que el resto de los jugadores lo tiene más incorporado, él por ahora lo está aprendiendo. Aparecer en cuestión de minutos por los dos perfiles, por adentro y por afuera, cuesta trabajo y tiempo. Sin embargo, Gallardo sabe qué hay tiempo, y más aún para un jugador de la categoría de Enzo Pérez. Además, Nacho, Rojas y el Pity también necesitan asimilar la idea de jugar distinto y con un jugador de distintas características a las que tenía Sebastián Driussi con quien ya se habían acostumbrado a jugar de memoria.

De todos modos, y por las dudas, el plan B ya se puso en práctica en los dos partidos oficiales con el ingreso de Scocco, precisamente por Enzo Pérez para que el dibujo cambie. Que baje Pity a la zona de volantes como hacía el año pasado para jugar por la banda derecha y que Scocco le haga de pivote a Alario, es otro modo de jugar que también vienen ensayando.

Lo cierto es que el nuevo invento de Gallardo sigue en proceso de gestación, las dos primeras pruebas dejaron cosas positivas y negativas. Es imposible hacer una reflexión definitiva.

“En cada inicio de semestre nos cuesta, es normal, luego la cosa funciona, hay que seguir trabajando, contra Atlas en el primer tiempo se vieron cosas buenas de lo que buscamos, hay que seguir jugando. Sucede también que a nosotros se nos pegó el fin de la pretemporada con la revancha de la Copa, todo muy pegado y sin rodaje. Ahora tenemos que jugar, no queda otra, para empezar bien el torneo y seguir creciendo en la Copa”, fueron las palabras del DT explicando el momento que está viviendo el equipo.

Que lo que Gallardo tiene en la cabeza se vea en el campo de juego es cuestión de tiempo.