El Millonario ganaba 2-0 en La Fortaleza y se encaminaba hacia la final de la Copa Libertadores. Pero el Granate, con dos goles de Sand, otro de Lautaro Acosta y el cuarto de Silva, dio vuelta el encuentro. El VAR fue protagonista en la noche del SUR

Lanús hizo historia de la grande. En un partido de esos de los que se va a hablar por un largo rato, el Granate se clasificó a la final de la Copa Libertadores al vencer, 4-2, en la vuelta de la semis a River en el Sur. Ignacio Scocco y Gonzalo Montiel marcaron los dos primeros tantos del encuentro, mientras que José Sand (en dos ocasiones), Lautaro Acosta y Alejandro Silva, de penal, revirtieron el marcador para los dirigidos por Jorge Almirón.

El VAR, la novedad de la tecnología en el fútbol, tuvo una clara incidencia en el duelo y dejó mucha tela para cortar.

Acá, los tres partidos dentro del mismo partido.

Partido I

River se había agrandado en el Sur y se perfilaba para tener un partido de vuelta de semifinales de Copa Libertadores atípico: a los 21 minutos de la primera mitad ya ganaba 2-0 y estiraba la ventaja conseguida una semana antes en el Monumental (1-0).

En un ataque aislado del conjunto de Marcelo Gallardo, el árbitro Wilmar Roldán sorprendió a todos cuando señaló el punto del penal tras un cruce entre Diego Braghieri y Nacho Fernández. En el primer golpe de vista no se pudo observar ninguna infracción, aunque en el análisis posterior se puede ver como el defensor del conjunto local apoya su hombro -y en velocidad- sobre la espalda del volante. Roldán consultó con los asistentes y el VAR entró en juego por primera vez en la noche. Penal. Y Nacho Scocco cambió la polémica sanción por gol.

La segunda estocada del Millo cayó a los 22 minutos. Tras un centro de Leonardo Ponzio en el que Esteban Andrada reaccionó dando un rebote al centro del área, Gonzalo Montiel, el juvenil lateral derecho de River, definió con el arco libre.

A los 40 minutos, el mal uso del VAR manchó a la aplicación de la tecnología en el fútbol. Scocco intentó eludir a Iván Marcone dentro del área y el volante, en un acto reflejo, dejó su brazo izquierdo para frenar la pelota. Roldán, inexpugnable ante los reclamos de los jugadores de Núñez, decidió no recurrir al recurso que ya había convalidado el acierto en la falta de Braghieri sobre Fernández. Penal no cobrado.

Hasta acá un partido.

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Partido II

Lanús no se achicó ante la desventaja –tenía que marcar cuatro goles para dar vuelta la serie- y sacó pecho en su Fortaleza. José Sand, a segundos del entretiempo, inició un camino que ya no tendría retorno. Como si no hubieran pasado 15 minutos y con la misma intensidad que en los primeros 45, Lanús volvió a sacar pecho gracias a Pepe. A los 120 segundos, el goleador se aprovechó de un área llena de confusiones y estampó el empate.

A los 16, Lautaro Acosta definió con el arco vacío, después de una jugada en la que Sand sacó chapa para aguantar la pelota y Alejandro Silva tiró un centro para que el Laucha saliera corriendo hacia la mitad de cancha con la pelota bajo el brazo. 3-2. Faltaba un gol.

Y llegó. La noche iba a definirse de la misma manera en la que terminó: con el VAR. Tras un centro desde la derecha, Nicolás Pasquini cayó en medio del área de River y todo Lanús reclamó penal. En primera instancia, Roldán se hizo el desentendido, pero la insistencia de los jugadores y el llamado de sus asistentes le hicieron hacer la seña universal. Pedido de VAR.

El árbitro se acercó a la pantalla y después de unos segundos salió disparado hacia el mismo punto del penal que en la etapa inicial; esta vez, para cobrar el agarrón de Montiel a Pasquini. Cuando todos creían que Sand iría en búsqueda de marcar su tercer gol de la noche y desquitarse definitivamente contra River, Silva agarró la pelota y, con una carrera que tuvo más de baile que de carrera, hizo tirarse a Lux para la derecha y definió hacia el otro palo.

Partido III

De los últimos 28 minutos ningún hincha de Lanús se va acordar. Todo era fiesta en el Sur. Los de River, en cambio, se morderán la lengua por el disparo en el palo de Javier Pinola y una atajada de Andrada a un remate de Leonardo Ponzio, que buscaba el palo izquierdo.

Las cartas ya estaban echadas: Lanús tenía que hacer historia.

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