"El 23 de junio, día posterior al primer partido en Córdoba, que pierde River, Grondona me pide juntarse en forma inmediata. Había estado con la Presidenta de la Nación y le informó que tenía noticias de que si descendía River era un escándalo y habría focos de violencia en todo el país. Me pidió que fuera a su departamento; él estaba por irse a su campo y tuvo que cambiarse por el llamado de la Presidenta. Me manifestó esto y que el Colegio de Arbitros decidió que los encargados de dirigir eran Pezzotta o Pompei. Le digo: 'Bueno Julio, comuníqueselo usted a ellos'. Los dos estaban regresando de San Pablo, tras dirigir Copa Libertadores. Vuelven y les pido que vengan al gremio a las 4 o 5 de la tarde. Les dije textual: 'Muchachos pasa esto, va a llamar Grondona, quedamos en esto, alguno de los dos va a ser el encargado de dirigir River-Belgrano'. Efectivamente llamó Julio y me dijo que se decidió que fuese Sergio Pezzotta. Le digo: 'Bueno, Julio, espere un minuto'. Le doy el teléfono (a Pezzotta) en altavoz y contá vos qué pasó...", dijo Marconi en una entrevista con el diario Clarín.
Pezzotta le agregó detalles al relato: "Me saludó y me dijo: 'Mire Pezzotta que si esto sale mal nos matan a todos, nos van a colgar del Obelisco'. Le contesté que yo iba a dar todo de mí para que salga bien, que estaba poniendo el pecho, que tendría que estar en Córdoba por la Copa América. 'Estoy en tus manos', fueron sus palabras y me quedó grabado cuando dijo: 'Si esto sale mal, nos cuelgan del Obelisco'". Y consultado si se refería a un arbitraje polémico o a evitar el descenso, respondió: "No, yo creo que apuntaba a que River se vaya al descenso...".
A la vez, Pezzotta habló del tremendo penal que no le cobró a River: "La jugada viene para dentro, él viene encarando bien para adentro, y yo tenía que venir por afuera y la jugada me fue llevando y me fui para adentro. Yo estaba en la puerta, no estaba lejos. Yo lo que veo es que como que llegan los dos a la pelota, patean y chocan. Y no fue raelmente lo que pasó. El jugador le alcanza a correr la pelota y después cobré corner. Para mí había pateado, rozó y después fue el contacto. Y no fue lo que pasó. Esas cosas con el diario del lunes es más sencillo. En el momento tratás que sea claro. La presión me cayó en el entretiempo".
En cuanto a la presión que recibió de los barras en el vestuario, reveló que le contó la situación a los jugadores de River en el entretiempo: "En un momento vino el arquero de River, Carrizo, y me dijo: 'Mirá que fue penal...'. 'Se me metieron doce tipos al vestuario, me mandaron a apretar al vestuario', le dije. Ninguno de esos jugadores de esa generación dijo nada. Carrizo se dio vuelta y dijo: 'Muchachos, con el referí, nada'. Y siguieron jugando. El partido estaba 1-0. Entonces yo ahí voy a arrancar, vamos, vamos, y ahí me agaché y dije '¿qué hago acá'. Y es durísimo, para mí es durísimo. Cada vez que me acuerdo me mata. Me tocó a mí. No es fácil", cerró entre lágrimas.