El hecho fue relatado por diversos periodistas partidarios que cubren la actualidad del equipo de Avellaneda, que compromete a cada paso su lucha por el ascenso: sacó dos de los últimos doce puntos en juego.
Como si fuera poco, varios vidrios del complejo donde trabaja el equipo a las órdenes de Omar De Felippe estaban rotos, lo cual alimenta las sospechas de un mensaje mafioso de la barra brava.
Es que los problemas de Independiente no se limitan a lo estrictamente futbolístico. El descenso produjo una catarata de críticas hacia la actual dirigencia, encabezada por Javier Cantero, cuestionado incluso por sus propios compañeros de ruta.
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