Carlos Tevez enloqueció cuando, en el minuto 85 del partido entre el Shanghai Shenhua y el Guangzhou que terminó 0-0, el árbitro Li Ma le cobró una mano que no existió y le ahogó el grito de gol. Que era golazo…
En una entrevista difundida el jueves, Carlitos había deslizado conceptos poco amistosos sobre el fútbol chino, al que no le auguró un futuro prometedor, además de calificar a sus protagonistas de “inocentes”. Los árbitros, lo sabemos ahora, no son de lo mejor.
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