Esta levantada de Nicolás de la Cruz, la pronta vuelta de Ignacio Scocco, el buen pie de Matías Suárez, la 10 la Juanfer Quintero, lo que rindió Enzo Pérez de volante central, las buenas impresiones que deja Robert Rojas en cada entrenamiento, la ilusión con Jorge Carrascal y la presión de algunos pibes por tener su lugar, le devolvieron a Marcelo Gallardo la potencia de su frase “a los titulares los hacen jugar mejor los suplentes”.
Es que ahora si tiene un plantel completo y competitivo para la treintena de partidos que le quedan antes del cierre del primer semestre y para afrontar la triple competencia y para llegar en el pico de los rendimientos a las finales de la Recopa a mediados de mayo ante Paranaense.
Quizá en el arco esté el único lugar donde la competencia no es tan evidente, porque hacerlo con Armani es como sucedió con Barovero: no dan chances para Lux o Bologna como hizo Trapito en su momento con Chiarini o Batalla.
En la defensa, los 4 titulares vienen siendo Montiel, Martínez Quarta, Pinola y Casco todos en buen nivel. Pero desde el cuerpo técnico no dejan de elogiar a Rojas que lo tiene al Chino a tiro de ganarle un lugar y hay mucho laburo con Moreira y Mayada para que los laterales no se duerman en los laureles.
En la zona media Gallardo tiene una competencia feroz. Ponzio que parece indiscutible ya perdió terreno el año pasado cuando la rompió Enzo Pérez en su lugar y ni que hablar si se sube a esa pelea Zuculini. Como volante interno de salida hoy la rompe Palacios pero el Tucu sabe que el propio Enzo Pérez o Nacho Fernández tienen peso propio para ganarle el lugar.
Marcelo Gallardo quiere recuperar a Montiel y a Enzo Pérez para jugar ante Racing
En al banda derecha la idea es que juegue Juanfer, que el año pasado entraba en la parte final y ahora le dieron la 10 para ser titular, y en la banda zurda tuvo un gran partido Nico de la Cruz como para plantar bandera en una zona donde hizo estragos el Pity. Sin embargo, por esos sectores podrían jugar Nacho Fernández, Ferreira, Carrascal, Mayada y también el polifuncional Enzo Pérez. Hay 10 posibilidades para 4 lugares. Competitividad a full.
Arriba, la dupla Borre-Pratto no puede aflojar ni un poco en sus buenos rendimientos. Las pruebas están a la vista con Suárez que entra y es importante, con la recuperación de Scocco, con el pibe Julián Alvarez (que cuando regrese va a meter presión) y con la chance que algunas veces prueben de media punta a Carrasacal.
Los jugadores saben que no tienen el puesto asegurado por el apellido o por la historia y lo saben no sólo porque Gallardo lo dice, sino también porque lo hace como lo hizo desde que llegó. Ejemplos sobran.
A poco de llegar Balanta era indiscutido, pero bajó el nivel y terminó jugando Funes Mori. Ferreyra, histórico del club que venía de ser campeón, no pudo seguir el ritmo y Pisculichi le ganó el sitio. Hasta en un momento Mercado y Maidana sufrieron con Pezzella y Mammana, Kranevitter con Ponzio y hasta Teo o Cavenaghi con el pibe Boyé.
Los ejemplos siguieron cuando Mora aflojó y se lo terminó comiendo Driussi o cuando Pisculichi tuvo que ceder con Pity y cuando Alario dejó afuera a Cavenaghi. Más cerca Montiel que estaba por irse se quedó y le ganó el lugar a uno que la rompía como Moreira o Saracchi que llegó y desplazó a Casco.
Incluso en un momento Martínez Quarta, con pocos partidos en primera, dejó afuera a Mina que había llegado y jugado a alto nivel, y luego el propio Chino hasta sacó del equipo a Maidana el año pasado. Los ejemplos más recientes de Borre mandando al banco a Scocco o el de la revelación Palacios tapando a un mundialista como Enzo Pérez, son más datos que abonan la teoría que con Gallardo los rituales siempre tiemblan.
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