De golpe, Benjamín Rollheiser empezó a soñar muchos sueños juntos. La secuencia sería más o menos así: lo subieron de la séptima a la Reserva el año pasado, lo convocaron a la Sub 17, empezó a tener algunas prácticas con la Primera, le llegaron los primeros elogios de Marcelo Gallardo, se lo llevaron de sparring a la Selección, conoció a Lionel Messi -que le hizo un caño que no olvidará- y, como para no cortar la racha, ahora se sube al avión que llevará al plantel profesional a la pretemporada de River en Miami. Nada mal, ¿no?
Con pocos delanteros en el equipo, porque Rodrigo Mora y Marcelo Larrondo están en recuperación y porque Carlos Auzqui seguramente se irá a préstamo, y mientras espera por Lucas Pratto, Gallardo se lleva a Benjamin, de 17 años y 20 partidos en Reserva y 8 goles. Será el único juvenil que estará en esta pretemporada.
Delantero de área, buen porte físico, goleador y mucha potencia fueron las características que le dieron el gran empujón durante el 2017 y que lo llevaron a la Reserva de Luis Villalva. De la que durante el año pasado se ausentó en algunos partidos por sus compromisos con la Sub 17 -jugó 4 partidos en el equipo que se quedó afuera del Mundial- y porque estuvo junto a la Selección de Jorge Sampaoli en la gira donde jugaron contra Brasil y Singapur.
"Todavía recuerdo el caño que me tiró Messi en una jugada, fue increíble", contó hace poco en una charla con el sitio oficial del club.
Ahora le toca el tiempo de sumar trabajo y minutos cerca de la Primera de River. Rollheiser, que llegó en 2015 a la pensión del club (luego de no querer quedarse en 2014), tuvo una ráfaga de partidos en octava y séptima y fue uno de los elegidos por Gallardo en el selectivo que se armó el año pasado y que nutrió de varios jugadores a la Reserva.
Rollheiser inició su carrera en Estudiantes de La Plata, pero luego se volvió a su pueblo natal, Coronel Suárez, donde con solo 15 años debutó en la primera de Sarmiento. Entonces le llegó al chance de llegar a River y, luego de algunos problemas de adaptación, en 2015 decidió quedarse. Sólo dos años tardó en encandilar a Marcelo Gallardo y en jugar junto al Pity Martínez, su ídolo.