Después de tanta espera y de miles de conjeturas, finalmente llegó el día esperado. Desde las 17, en una Bombonera colmada, se pondrá en marcha la primera final de la Libertadores de América, nada menos que entre Boca y River, los más grandes de la Argentina, en duelo inédito por la magnitud del trofeo que está en juego.
Y aunque suene casi como una frase de compromiso o poco audaz, lo cierto es que esta vez, como nunca, no hay un favorito definido a la hora de apostar. Es un cincuenta por ciento por lado, con dos equipos que llegaron con más virtudes que defectos a una final merecida.
Superclásico del siglo: las apuestas se juegan en todas partes
Boca, con un cambio táctico que lo potenció desde cuartos de final, donde pasó a defender con un 4-1-4-1 para luego desplegarse en ataque con un 4-3-3, movimientos ambos donde Cristian Pavón y Sebastián Villa desempeñan roles principales desdoblándose por las bandas, para colaborar con los laterales y también con dos volantes de mucho sacrificio como Nahitan Nández y Wilmar Barrios.
Con una buena noticia, la de que Pablo Pérez se recuperó de un golpe y estará en el medio, para cumplir esa función mixta de recuperación y generación de juego, la que será clave, teniendo en cuenta que el Mellizo decidió no utilizar de movida a Mauro Zárate.
Del lado de River, toda su jerarquía y oficio de los últimos años, en los que aprendió a jugar este tipo de partidos casi como un relojito.
Cumbre por la final entre Boca y River, con un mensaje de paz y disfrute
Respaldado por un arquero magnífico como Franco Armani y dos centrales muy confiables, el millonario sabe manejar con inteligencia los compromisos de visitante, para luego desplegar su artillería ofensiva en el Monumental.
Y aunque todavía no hay precisiones del equipo que pondrá el Muñeco, más que nada en el medio (Zuculini le ganaría la pulseada a Nacho Fernández), sobran variantes y astucia para desplegar el mejor planteo.
Por eso resulta aventurado, porque es un partido especial, distinto a los que se jugaron últimamente y donde ambos se ganaron como visitantes. Como se dice habitualmente, se definirá por detalles, con situaciones a no descuidar, como la concentración y la personalidad, y con el agregado de una posible lluvia que también puede jugar un papel preponderante.