Bruno Zuculini hizo click el año pasado después de haber jugado una decena de partidos sin entender su rol. Él mismo se lo cuenta a POPULAR: “Quería hacer todo y no hacía nada, quería ayudar a todos y no ayudaba a nadie, hasta que encontré un rol. Fue como aprender todo de nuevo sobre el fútbol”.
Entonces aclara casi entre risas que Gallardo le lavó el cerebro: “Tuve que ponerme otro chip y rellenar todo de otra información, ahora entiendo y quiero seguir aprendiendo”.
Además, cuenta lo que le dan Gallardo y Ponzio (sus modelos de juego), su enfermedad por ver fútbol, la aplicación en el ipad para saber de los rivales, la final de la Libertadores y lo que significa estar en River.
-Mucho se habla de la adaptación al mundo River. ¿Qué significa eso?
Cada uno que llega la vive a su modo, yo cuento que a mí me pasó. Tuve que entender qué quería el entrenador de mí. Quería hacer cosas que el equipo no necesitaba porque lo hacía un compañero con ese rol. Quería hacer el rol mío y el de él. Entonces entendí que la adaptación es hacer lo que quieren de mí dentro del campo.
-¿Cómo descubriste exactamente lo que tenías que hacer?
Me costó entenderlo, pero me fueron bajando línea y me pararon el carro justo, eran cosas simples y yo quería hacer todo. Me ayudaron mucho el cuerpo técnico y mis compañeros. Quería hacer todo y no hacía nada, quería ayudar a todos y no ayudaba a nadie, es algo así la idea. Me desgastaba el doble y no hacía nada por el equipo. Cuando lo entendí, me adapté. Era entender qué necesitaban de mí.
-¿Fue difícil re-aprender todo de nuevo y cambiar el modo de jugar con el que habías crecido?
Tuve que cambiar el chip mental, comprar otro y ponérmelo, rellenar todo de nueva información y empezar de nuevo. Nunca me había pasado de atacar con 7 u 8 jugadores y somos 2 o 3 defendiendo. Luego con el tiempo te das cuenta qué lindo que es ver eso. Fue un nuevo fútbol que aprendí a jugar. Me costó, pero lo disfruto.
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-¿Se te achicó o agrandó la cancha para correrla?
A la cancha la ves grande si tenés que correr para atrás, pero si presionas arriba cerca de tus compañeros y das el pase rápido es mucho más chica y se hace más fácil. Aprendí a jugar en esos 20 metros, lo entendí y pretendo segur mejorando, porque es la ventaja que le puedo dar a mis compañeros.
-¿Qué más tuviste que trabajar?
La precisión es clave, porque podés robar 100 pelotas y podés perderla todas si no acertás en el pase y dejás a todos mal parados. Eso es clave y hay que seguir mejorando eso. Me gusta mucho aprender y que me digan lo malo siempre.
-¿Imagino que para todo eso te debe gustar la táctica?
Sí, claro. Me gusta mucho y miro mucho fútbol de todos lados. Me bajé una aplicación en el ipad donde puedo saber todo de los jugadores que me gusta seguir y aprender. Además la uso para conocer cosas de los rivales que voy a enfrentar, todo lo que puedo lo miro. Llego a casa y si hay un partido me lo miro. Siempre fue así desde chiquito, me encanta el fútbol.
-Debés haber visto a muchos volantes centrales…
Siempre me gustó Mascherano, lo miraba mucho, desde los juveniles. Masche es lo más, aún hoy, me encanta cómo juega. Además yo acá tengo a Ponzio que me enseña todo y que te marca todo lo que hay que hacer para manejarte. De afuera miro mucho a Casemiro. Me vuelve loco, es un crack. Y a Busquets, que tiene otro estilo pero juega muy bien. Carvalho del Betis me gusta también. Mirando jugar se aprende y yo lo hago. Siento que soy una esponja, quiero ser siempre mejor.
-Además tuviste la chance de estar afuera un tiempo. ¿Eso te ayudó?
Me fui muy chico, todo se dio rápido y es una experiencia que valoro, aunque las cosas no me salieron bien. Fueron tres años que me fue mal, porque no jugaba, por lesiones, pero trato de mirar lo positivo y eso fue que tuve que aprender a no jugar. Eso no me había pasado nunca, porque desde chico y en primera era titular. En Europa tuve que pasar por la experiencia de no jugar y eso también ayuda. Hoy en día agradezco eso, porque me ayuda a ver todo distinto. Acá en River no jugás siempre y tenés que estar listo igual.
-¿Cuánto significan en este momento de tu carrera Ponzio y Gallardo?
Leo es el principal responsable de esto que pasa en el club, está hace mucho tiempo y es el que marca el camino de todos como líder. A cada uno que entraba le hablaba, y más a mí por la posición. Le saqué el jugo, como se dice, a ver jugar a Leo. Me ayudó mucho, lo ves entrenar primero y querés hacer lo mismo. El técnico es otra pieza fundamental, me da todas las herramientas y te prepara de una manera que te sentís invencible, nunca me había pasado. Fue como un lavado de cerebro positivo el que me hizo. Te convence de todo y te explica por qué.
-Te tocó vivir un momento único en la historia del fútbol argentino, la final Boca-River en Madrid. ¿Te pasa como a la gente, que sigue viendo los goles?
Fue algo único e inolvidable. A veces lo veo y lo disfruto, pero acá tenés que pensar en lo que viene siempre y dejar el pasado. Tenemos esta Copa Libertadores, la Recopa y siempre hay que competir. Se me vienen escenas como cuando corría el Pity para el gol y creo que salí corriendo para festejar antes que entre al arco. Fue increíble todo, la gente, el vestuario, todo lo que pasó. Pero pasó y ahora hay que seguir ganando y aprendiendo.
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