MAR DEL PLATA (Enviado especial).- El año arrancó con muy buenas cifras en relación al turismo en Mar del Plata. Para el último fin de semana largo del 2017, que incluyó al primer día del 2018, arribaron a La Feliz 244.880 turistas.
Así lo detalló Gabriela Magnoler, presidente de Turismo Mar del Plata (Emtur), quien precisó además que la ocupación hotelera llegó más de 36.000 plazas. “La ciudad recibió a 244.880 turistas que llegaron para disfrutar de todo lo que tenemos para ofrecer, desde playas y sierras hasta teatros, gastronomía y múltiples actividades culturales”, expresó la funcionaria.
“Esta cifra representa un 25 por ciento más de arribos respecto del año pasado, teniendo en cuenta que en estos días de celebración de año nuevo tuvimos un fin de semana largo, que nos permitió tener más de 36.000 plazas hoteleras ocupadas”, agregó Magnoler. “Junto al intendente municipal Carlos Arroyo recibimos a los primeros turistas de la temporada, los cuales arribaron por vía aérea y terrestre y se mostraron muy felices y entusiasmados con el tradicional agasajo. Esto marca el inicio oficial de una gran temporada en la que estamos sumando conectividad con diferentes puntos del país y en la que habrá múltiples propuestas como playas públicas equipadas y festivales gratuitos para toda la familia”, concluyó la referente del Emtur.
Arrancó la temporada. El gris se adueñó de buena parte del paisaje marplatense en el segundo día del año, también dijo presente el viento, con ráfagas importantes que soplaban desde el Sudoeste, pero como la temperatura fue en todo momento muy agradable, la jornada fue propicia para disfrutar del aire libre, la playa y hasta el mar.
De hecho, ya por las 10 de la mañana, los 24 grados daban cuenta de que había que esperar un día de intenso calor. Desde el sur avanzaron nubarrones que cubrieron el cielo pero el aire era caliente y con un termómetro clavado un poco más allá de los 29 grados, los que encontraron reparo del viento, pudieron pasar una muy buena tarde de verano, sin necesidad de echar mano a demasiadas dosis de protector solar.
La playa idea para este martes ventoso fue la Varese, ubicada casi estratégicamente en un punto protegido por la geografía rocosa del lugar, precisamente desde el oeste, sector del que llegaban las ráfagas más violentas de viento, por momentos a 40 kilómetros por hora. En otros sectores, los más quisquillosos debieron recurrir a alternativas ya puestas de moda sobre la arena: las pequeñas carpitas que se instalan en pocos minutos con un conjunto de estacas que se clavan en la arena (ideales para los que van acompañados de niños pequeños a los que les molesta la arena que vuela) y, lo más popularizado, las sombrillas orientas hacia el punto soplante, apoyadas en el piso y amuradas con la misma arenas para evitar filtraciones del aire al ras del suelo. Claro que, la gran mayoría, especialmente los jóvenes, ni se mosquearon por las condiciones eólicas y disfrutaron del mate, el truco (con algún elemento contundente para evitar que se vuelen las cartas jugadas y las del mazo) y hasta el fútbol playero, orientando las canchas de oeste a este (y pactando el cambio de lado) para contrarrestar los efectos del viento cruzado.
Y a esta descripción climática hay que agregarle el dato de la gente que, aunque se esperaba una marcada disminución en relación a la afluencia del fin de semana, todavía en las calles céntricas, restaurantes y en las playas, se pudo ver un número importante de turistas, muchos de ellos, recién llegados y listos para comenzar la etapa de vacaciones.
Entrada la tarde, el viento rotó a sur y se hizo un poco más fresco. Entonces, los que habían dispuesto estirar el fin de semana de Fin de Año un poco más, empezaron a planificar el regreso a casa. En la terminal de ómnibus se vio un intenso movimiento; en la noche del lunes y mañana del martes, las empresas duplicaron y triplicaron sus servicios debido a la demanda de los pasajeros. Un gran cantidad dejó la ciudad (lo mismo ocurrió en el resto de las localidades balnearias) pero también fue intenso el recambio.
Si bien se pudo observar una merma en cuanto a la cantidad de turistas en las últimas horas, desde los distintos sectores insisten con que esperan una temporada muy importante en cuanto al caudal de visitantes. Incluso, Tito Clemente, un famoso marplatense que recorre las calles de la vieja terminal ofreciendo sus acertados pronósticos del tiempo como baqueano, aseguró que “como se vienen un par de nuevas olas de calor en Buenos aires, en los próximos días van a empezar a llegar muchos turistas; va a ser un enero muy cargado de gente y con clima muy parecido al de los veranos de antes: días calurosos y noches frescas”. Y, en ese sentido, su vaticinio fue acertado anoche, cuando se pudo dormir con una temperatura de 16 grados, 15 menos de los que se soportaron de térmica durante el día”.
Históricamente, la franja más fuerte del verano en Mar del Plata y otras semanas, es la segunda quincena de enero. Según los pronósticos, este año podrían adelantarse unos días los aluviones de turistas. Los propietarios de casas y departamentos, le comentaron a DIARIO POPULAR que el nivel de reservas y alquileres es bastante mayor que el año pasado a esta misma altura.
Además, han existido muchas consultas de gente que estaría arribando en los próximos días. Algo parecido ocurre en el rubro hotelero, algo que muchos eligen “porque la patrona quiere descansar y olvidarse, durante las vacaciones, de cocinar, limpiar y hacer las camas”. Claro que esta alternativa exige un aumento del presupuesto fijado para el descanso debido a que, como iremos contando en futuros informes, si uno recorre los comercios (en especial los supermercados), los que paran en una casa o un departamento pueden hacer frente al rubro gastronómico con precios similares y hasta inferiores a los del Gran Buenos Aires, por ejemplo, pero decididamente mucho más accesibles que los que se encuentran en Capital Federal en rubros como verdulerías y carnicerías. Un adelanto: en carnicerías de calidad se puede conseguir el kilo de asado a 99 pesos.
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