Ellas mueren por ellos. Todas quieren tener más de uno. Pero, ¿cuál es su origen? ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir el indicado?
Actualmente los zapatos forman parte del guardarropa de cualquier persona, pero esto que hoy es tan común, en un principio no lo fue.
Pasado
Ya a finales del Paleolítico Superior los humanos sintieron la necesidad de usar calzado. ''Era una envoltura de piel o cuero sujeto con tientos u otro tipo de elemento para atar", explica la vestuarista Alicia Gumá. Esto se puede ver representado en las pinturas rupestres de las cuevas de España, que datan de hace unos 15 mil a 10 mil años A.C.
Al comienzo de algunas civilizaciones, como la egipcia, los zapatos estaban reservados sólo para los sacerdotes y los faraones, quienes los usaban cuando se paraban, ya que se trasladaban en ''silla de manos'' y, al hacerlo, iban descalzos. Muchos de estos modelos fueron hallados en las tumbas y otros se pueden ver representados en las pinturas de los muros.
Los griegos, que en el interior de su casa caminaban generalmente descalzos, usaban para salir las krepidoi o crépidas, un elegante tipo de sandalias; mientras que los soldados usaban botines a media pierna llamados endrómides.
Los romanos, al igual que en muchos otros aspectos, heredados y mejoraron los calzados usados por los griegos y los etruscos. De estos últimos adquirieron los calceus o calcei, un zapato cerrado que utilizaban sólo los ciudadanos libres para usar con la toga. También se hacían de color o decorados para las figuras ilustres.
Fue recién en el siglo XI, cuando se empezaron a organizar en Francia los primeros gremios de artesanos y con ellos también los zapateros. Este periodo se caracterizó por el uso de las poulaines, un zapato de punta muy alargada. "'Las medidas para tales puntas estaban previamente establecidas: 13 cm para los plebeyos, 30 para gentilhombres y 60 para los nobles. Se decía que al caminar por las calles su portador ahuyentaba las ratas que proliferaban ocasionando las epidemias y pestes'', cuenta la vestuarista Gumá, y agrega que "ese largo llegó a tal extremo e incomodidad ridícula que algunos las llevaban atadas con cadenitas elevándolas hacia arriba para sujetarlas a la pantorrilla''.
En cambio, al llegar el Renacimiento, el largo de los zapatos y botas se acortó abruptamente y a la vez se ensanchó hasta el extremo como nunca antes, al punto que llegaba casi a confundirse la puntera con el talón del zapato llamado "pata de oso" o "morro de vaca". Incluso las botas de las armaduras tomaron en el siglo XVI esta forma extravagante.
Otro dato curioso de esta época son los zapatos femeninos con plataformas, de aproximadamente cuatro dedos de alto, que en España denominaron "chapín" y que eran semejantes al coturno griego, precedente de las plataformas modernas. Se dice que se utilizaban para dar un efecto de realce a la altura de las mujeres y que evitaban que los trajes se embarraran al salir de sus casas, pero en Venecia, usados sobre todo por las prostitutas, llegaron a medir los 76 cm de alto.
Pero fue recién en el Barroco, durante el reinado de Enrique IV en Francia, cuando se empezó a utilizar el taco en el zapato y luego durante en el periodo de Luis XIII, el taco apareció en la bota de montar -se dice que para apoyar y trabar dicho tacón en el estribo del caballo.
Posteriormente, para el rey Luis XIV -que era de baja estatura- se hicieron unos zapatos de taco alto, que desde entonces fue incorporado por las mujeres. El tacón de color rojo estaba reservado exclusivamente a la nobleza y simbolizaba el acatamiento al rey.
Otro dato curioso es el origen de la medición del pie. Comienza en el Medioevo, con el rey Eduardo II de Inglaterra, cuyo pie medía 36 granos de cebada de largo, midiendo cada grano un tercio de pulgada. La suma alcanzaba un total de 12 pulgadas, o sea, "un pie".
Presente
¿Cómo se distingue un buen calzado? La diseñadora de zapatos Gaby Roca cuenta uno de sus secretos: ''Es importante elegirlo en base a los materiales y a la confección. Materiales nobles, como cueros vacunos, cabritillas o badanas (cuero de oveja) se adaptan más fácilmente a todas las anatomías del pie, además mantener la temperatura y permitir una mejor respiración. Y agrega: "Es importante elegir un buen calzado porque a largo plazo las consecuencias repercuten en nuestra salud; desde la aparición de juanetes, dolores musculares, de espalda, hasta atrofias''.
A la hora de elegir un calzado femenino, una de las cosas más importantes es el taco. Gaby Roca tira algunos tips:
-"La altura mínima anatómica para sostener nuestro cuerpo es de 2 a 2,5 cms. Con menos de esta altura se corre el riesgo de un dolor de columna o las piernas".
-"Las plataformas son grandes aliadas si querés verte alta y no sufrir en el intento, ya que combinás altura y comodidad".
-"Si no estás acostumbrada a los tacos altísimos y queres empezar a usarlos, elegí aquellos de no más de 5,5 centímetros de alto. Hasta esta medida se distribuye mejor el peso de nuestro propio cuerpo en nuestros pies, sin cargar demasiado los puntos de apoyo".
Por último agrega: "Es importante que conozcas bien tu cuerpo y consultes a los médicos especialistas correspondientes si tenés malas posturas o problemas de ortopedia. Ellos te van a saber recomendar lo que necesites en cada caso''.
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