Las siete líneas de MOQSA realizarán un paro este martes, afectando a miles de usuarios. La empresa podría ser adquirida por DOTA ante su delicada situación financiera.
Los choferes de la empresa MOQSA continuarán este martes con la retención de tareas, una medida que ya se había registrado durante el fin de semana en distintos momentos y zonas. La protesta surge porque gran parte del cuerpo de trabajadores no estaría cobrando su sueldo completo y, en algunos casos, habrían percibido menos de la mitad de lo que corresponde.
Ante la falta de respuesta por parte de la empresa, los conductores decidieron extender la medida de fuerza por tiempo indeterminado.
Las líneas afectadas son 159, 219, 300, 372, 619, 584 y 603, en todos sus ramales, lo que impacta en miles de usuarios que viajan por Quilmes, Berazategui y Florencio Varela, además de las conexiones con Retiro y el Palacio Libertad (ex CCK).
Quienes también se encuentran en falta de pago o al menos pago completo, es el Grupo Halcón, quien opera las líneas 148, quienes también recorren toda la zona anteriormente marcada, llegando hasta Once y Constitución. Como bien explica @CiudadDeBondis en X, ex Twitter.
En medio de los paros y la falta de respuestas de la empresa con base en Berazategui y Quilmes, que presta servicio a gran parte del sur del Área Metropolitana de Buenos Aires, DOTA, uno de los grupos automotores más importantes del país, confirmó a través de un comunicado que está estudiando la posibilidad de adquirir MOQSA.
Según informó la propia compañía, la propuesta rondaría los 85 millones de dólares para la absorción completa de los activos del “Blanquito”: talleres, cabeceras, unidades y recorridos que conectan Quilmes, Berazategui y Florencio Varela pasarían a manos de DOTA.
Pese a la iniciativa, la empresa remarcó que se encuentran en una fase preliminar, ya que aún deben completarse auditorías internas y análisis legales, y que para avanzar con el traspaso todavía se requiere el visto bueno de la CNRT, el Ministerio de Transporte y otros entes reguladores.
Esta posibilidad encendió dudas y expectativas en la región: con más de tres décadas de presencia en el sur del AMBA, un gran flujo de pasajeros y fuerte arraigo territorial, una eventual operación podría redefinir el transporte interurbano y el funcionamiento cotidiano del servicio en toda la zona.
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