En un instante de distracción podemos perder de vista a nuestros pequeños hijos o meternos en el mar con el celular en el bolsillo. Cómo hacer frente a estas circunstancias desagradables.
Cuando calienta el sol, aquí en la playa, disfrutar del día es el primer objetivo anotado en la agenda de nuestras vacaciones. Pero en cada una de las tareas que emprendemos, debemos prestar atención a una serie de recomendaciones, especialmente cuando encaminamos nuestros pasos rumbo al mar.

Y es que entre los muchos cuidados a los que hay que hacer frente, está la seguridad de nuestras cosas: desde las más banales, como el celular o la cámara de fotos, hasta los propios hijos. Claro, en este caso nos vamos a referir a accidentes menores que, de cualquier manera, nos pueden hacer pasar por un mal momento.

En cuanto a los niños pequeños, casi todos hemos pasado alguna vez (en la playa o en la ciudad) por la situación de desorientarnos y perder de vista a nuestros padres. En ese caso, lo fundamental es no perder la calma, un consejo que se hace inútil para un pequeño, pero que debe ser tenido en cuenta por los papás.

Claro que si el niño no es tan pequeño, también puede estar avisado de esta posibilidad; ya a partir de los cuatro años, un nene puede recibir algunas recomendaciones sobre qué hacer en caso de desencontrarse con la familia, así como también ponerlos sobre aviso de que eso puede llegar a suceder y que 'no hay que asustarse'.

Este tipo de descuidos ocurre muy a menudo en la playa y no sólo con los que ya juegan por su cuenta; a veces, los pequeños que llevan poco tiempo caminando y a los que les estamos permanentemente encima, pueden escapar de nuestra vista. "Fui hasta la ola para cargar un poco de agua -cuenta Mariano- y el nene pegó un pique para el otro lado y se mezcló entre la gente. Por suerte, una señora estaba viendo todo y lo trajo de vuelta".

Una fracción de segundo es suficiente para que los pequeños, distraídos en sus juegos y fantasías, pierdan de vistas a los padres, tíos o abuelos y, el susto, para unos y otros, no podrá ser evitado. Pero claro, el grado de inquietud puede crecer cuando el niño es más grande y tiene más edad, porque puede alejarse trechos más extensos en muy poco tiempo; en este caso, lo peor ocurre cuando el niño no encuentra inmediatamente a sus padres y empieza a caminar, generalmente alejándose de su familia.

Para estos casos, los guardavidas recomiendan "no perder la calma" y recuerdan que "generalmente, los niños desorientados caminan a favor del viento -explica Walter, guardavidas del B-12 de Punta Mogotes- y se alejan en esa dirección". Este detalle es el primero a tener en cuenta al momento de iniciar la búsqueda.


Un viejo recurso

También hay que recordar que los niños perdidos suelen ser subidos a los hombros de un mayor y, con palmas generales, se llama la atención de los padres que, en caso de ya haberse percatado de la ausencia del pequeño, tienen la posibilidad de un pronto reencuentro.

"Además -agrega Walter- desde hace unas temporadas, en las playas hay muchos efectivos policiales patrullando las carpas que están en contacto; cuando algún niño se extravía se activa un procedimiento que cubre la zona de búsqueda y se facilita la tarea".

      Embed


Contacto

Registro ISSN - Propiedad Intelectual: Nº: RL-2025-11499155-APN-DNDA#MJ - Domicilio Legal: Intendente Beguiristain 146 - Sarandí (1872) - Buenos Aires - Argentina Teléfono/Fax: (+5411) 4204-3161/9513 - [email protected]

Edición Nro. 15739

 

Dirección

Propietario: Man Press S.A. - Director: Francisco Nicolás Fascetto © 2017 Copyright Diario Popular - Todos los derechos reservados