Un chimpancé llamado Chita llegó al zoológico de Amberes hace 30 años. Durante los últimos cuatro años, Adie Timmermans lo visitó todas las semanas, desarrollando un vínculo estrecho con el animal.
"Amo a ese animal y él me ama a mí. No tengo nada más. ¿Por qué quieren quitar eso? Si, tenemos una aventura. Otros visitantes pueden hacer contacto. Entonces, ¿por qué yo no?", dijo una afligida Adie.
Las autoridades del zoológico expresaron su preocupación por la larga relación entre la mujer y el chimpancé, argumentando que la misma está afectando negativamente la relación de Chita con los otros primates.
Cuando Chita está constantemente ocupado con su "amada", los otros monos lo ignoran y no lo consideran parte del grupo. Luego, fuera del horario de visita, se siente solo.