Suiza informó el sábado que la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), un grupo de cuatro países que no pertenecen a la Unión Europea, ha concluido en gran medida un acuerdo de libre comercio con Mercosur, el bloque comercial sudamericano que abarca a Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
El Ministerio de Economía suizo dijo que el acuerdo "en sustancia" se alcanzó en Buenos Aires el viernes y que, en última instancia, el 95% de las exportaciones suizas a los cuatro países sudamericanos estarán libres de aranceles. Añadió que también evitaría que la AELC -cuyos otros miembros son Islandia, Liechtenstein y Noruega- se vean perjudicados con respecto a la UE, que ya ha alcanzado su propio acuerdo comercial con Mercosur.
Dante Sica, ministro de Producción y Trabajo de la Argentina, publicó en Twitter: "Gran noticia: Cerramos el Acuerdo de Libre Comercio entre Mercosur y EFTA (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza). Los acuerdos con EFTA y la UE abren para nuestras #PyMEs casi todo el mercado europeo y son una gran oportunidad para aumentar las inversiones."
La declaración suiza afirma que el acuerdo incluye "disposiciones sobre la protección del medio ambiente y el uso sostenible de los recursos forestales". Su firma está prevista para principios de 2020 y Suiza tiene previsto ratificarlo en 2021.
Al anunciar el acuerdo en Twitter a última hora del viernes, el presidente brasileño Jair Bolsonaro lo calificó de "gran victoria" para Brasil en sus esfuerzos por abrir el comercio con otros países.
Jorge Faurie, canciller argentina, también celebró la firma del acuerdo en las redes sociales. "El Mercosur cierra un acuerdo comercial con los países de Europa agrupados en EFTA, una asociación de libre comercio integrada por Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein. #MercosurEFTA", tuiteó el ministro de Relaciones Exteriores y Culto.
Las noticias del acuerdo con la AELC llegaron justo cuando Francia e Irlanda amenazaban con bloquear el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur debido a los incendios que azotan parte de la selva amazónica en Brasil.
El ministro suizo de Economía, Guy Parmelin, argumentó que los anteriores acuerdos comerciales de la UE también han tropezado con obstáculos, pero que en última instancia fueron ratificados.
"El hecho es que hoy los países de la UE han tomado una decisión -que podría durar un año, dos o tres años, quizá fracase- pero si no fracasa... y no tenemos nada, tenemos un gran problema para nuestras empresas", dijo Parmelin en Berna. En cuanto a los incendios forestales, destacó que el acuerdo ofrece una plataforma para discutir mejor estos asuntos y ejercer presión.
En Noruega, el gobierno de centro-derecha enfrentó críticas de la oposición y de los ambientalistas.
El ministro de Comercio, Torbjoern Roee Isaksen, defendió el acuerdo de la AELC, diciendo a la agencia de noticias noruega NTB que "la gestión forestal sostenible es un tema importante del acuerdo".
Anja Riise Bakken, de la ONG ambientalista Future In Our Hands (Futuro en nuestras manos), dijo que le resultaba "terriblemente difícil de entender" cómo su país podía entrar en un acuerdo así "mientras la Amazonía está ardiendo". Dijo que Noruega corre el riesgo de perder su credibilidad construida en los últimos años como defensora de los bosques tropicales.
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