En un clima de abierto rechazo al inmigrante venezolano, los manifestantes cantaron un himno de la ciudad y alzaron banderas chilenas, así como la Whiphala, un pabellón colorido de pueblos originarios andinos.
También cantaron y pusieron en pancartas lemas como: “No más Inmigracion ilegal” y “Chile es una república que se respeta”.
Desde la Plaza Prat, en el casco histórico de Iquique, los manifestantes continuaron unas 10 cuadras hacia la playa sobre el Pacífico, donde los carabineros tuvieron que controlar escaramuzas aisladas provocadas por residentes chilenos que se acercaron a agredir a venezolanos en situación de calle.
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El desalojo de inmigrantes, en su mayoría venezolanos, que estaban instalados en una plaza de la norteña ciudad chilena de Iquique y la posterior marcha antiinmigrantes que terminó con quemas de carpas y pertenencias de los extranjeros generó una ola de críticas y cuestionamientos de los gobiernos regionales y organizaciones no gubernamentales al Gobierno del presidente Sebastián Piñera.
El viernes pasado la crisis migratoria ocupó los medios de comunicación nacionales e internacionales, luego de que Carabineros de Chile desalojara una plaza del centro de la norteña localidad de Iquique, donde pernoctaban más de 100 inmigrantes (en su mayoría venezolanos), lo que generó enfrentamientos, no sólo de extranjeros con carabineros, sino con ciudadanos chilenos.
A partir de estos hechos, el sábado se realizó una marcha antiinmigración en Iquique, que finalizó con manifestantes quemando carpas y pertenencias de extranjeros, lo que generó un rechazo transversal.
Ante estos hechos, organizaciones de la sociedad civil chilena emplazaron al Gobierno a cambiar su política migratoria y asumir su responsabilidad en la ausencia de una respuesta integral para enfrentar la inmigración.
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