El ADN de un sobre lamido resuelve dos brutales homicidios de hace 45 años

Vannieuwenhoven había sido declarado culpable el mes pasado por la muerte de David Schuldes y Ellen Matheys, de 25 y 24 años respectivamente, en julio de 1976 mientras acampaban en una zona rural de Wisconsin. Según la investigación, las víctimas se disponían a dar un paseo cuando sonaron dos disparos de un rifle; uno de los proyectiles alcanzó a Schuldes en el cuello y lo mató en el instante. Matheys intentó escapar, pero fue alcanzada por Vannieuwenhoven, en ese entonces de 39 años, quien la violó y luego le pegó dos tiros.

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Vannieuwenhoven había sido declarado culpable el mes pasado por el asesinato de David Schuldes y Ellen Matheys

Se intentó resolver el caso, pero por años, permaneció en un punto muerto. En 2018 las autoridades comenzaron a trabajar con una empresa para tratar de identificar una muestra de ADN obtenida de rastros de semen en los pantalones que vestía Ellen Matheys el día del asesinato.

La compañía cargó el perfil resultante en la base de datos, la cual arrojó una coincidencia para la familia Vannieuwenhoven. Luego de obtener muestras de ADN de dos hijos de Raymand y descartar su implicación en los asesinatos, los investigadores se inclinaron por este último.

Para obtener material genético del hombre de 84 años, dos agentes le pidieron que llenara una encuesta sobre la calidad del servicio policial y que la enviara por correo al departamento. La saliva con la que selló el sobre fue enviada a un laboratorio, donde determinaron que su perfil de ADN coincidía con la evidencia del crimen.

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El ADN de la saliva en el sobre coincidía con la evidencia de los homicidios

Vannieuwenhoven fue arrestado ese mismo mes y acusado de dos cargos de homicidio intencional en primer grado.

Antes de dictar sentencia, el juez James Morrison dijo que las cadenas perpetuas estaban justificadas por la naturaleza "depravada" de los homicidios. El fiscal describió el asesinato David y el de Ellen como "fríos, violentos y descarados".

El acusado no reconoció su culpabilidad y su hija afirmó frente al tribunal que no creía que su padre hubiera cometido los homicidios. Los abogados de la defensa intentaron presentar pruebas que implicaban a otros dos posibles sospechosos, pero el juez negó sus peticiones.

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