"El gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, cumple con informar a nuestro pueblo y a quien concierna, que el señor Arturo McFields no nos representa, por lo cual ninguna declaración suya tiene validez", señaló la Cancillería nicaragüense en una declaración.
Según se añade, su representante ante la OEA "es el embajador Francisco Campbell Hooker", quien está "debidamente acreditado".
McFields Yescas, que fue nombrado como embajador nicaragüense ante la OEA en octubre pasado, se rebeló este miércoles contra el gobierno de Ortega, al que calificó de "dictadura" y de no permitir elecciones libres en el país.
Durante una sesión virtual de la OEA, McFields Yescas decidió dejar de "guardar silencio", arremetió contra "la dictadura" de Ortega y denunció que Nicaragua "se convirtió en el único país de Centroamérica donde no hay periódicos impresos" y "no hay libertad para publicar en redes sociales".
Tampoco "hay organismos de derechos humanos" independientes, ni "existen partidos políticos" opositores, "ni elecciones creíbles" y "no existe separación de poderes, sino poderes fácticos". Un país en donde "se han comenzado a confiscar las universidades privadas y se han cancelado 137 ONG católicas, evangélicas, ecologistas, Operación Sonrisa y la lista sigue creciendo".
McFields Yescas, periodista de profesión, reemplazó en el cargo al embajador Luis Exequiel Alvarado Ramírez el 27 de octubre de 2021, según un acuerdo presidencial difundido en el Diario Oficial La Gaceta, donde aún no publican el cese de sus funciones.
Durante su intervención en la OEA, dijo que tomaba la palabra "en nombre de más de 177 presos políticos y más de 350 personas que han perdido la vida" en su país desde 2018, cuando estallaron en Nicaragua varias manifestaciones contra unas reformas a la Seguridad Social que se tornaron en un movimiento de protesta contra Ortega.
También "en nombre de los miles de servidores públicos de todos los niveles, civiles y militares, de aquellos que hoy son obligados por el régimen de Nicaragua a fingir a llenar plazas y repetir consignas, porque si no lo hacen pierden su empleo", afirmó.
"Denunciar a la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible", remarcó el periodista, quien tras sus declaraciones ha sido calificado como "traidor" y vendepatria" por los partidarios de Ortega.
"Tengo que hablar, aunque tenga miedo, tengo que hablar, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos, tengo que hablar porque si no lo hago, las piedras mismas van a hablar por mí", subrayó.
Según McFields Yescas, "en el gobierno nadie escucha y nadie habla" y lo que pasa en Nicaragua, donde "170.000 nicaragüenses han huido del país y otros más siguen huyendo", ha superado sus capacidades.