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El colombiano Dairo Úsuga David, alias Otoniel, tiene en su contra tres cargos por tráfico de drogas, aunque los cumplirá en forma simultánea.
El exjefe del Clan del Golfo, Dairo Úsuga David, alias Otoniel, fue condenado por la justicia de Estados Unidos a 45 años de cárcel por cada uno de los tres cargos de tráfico de drogas de los que se había declarado culpable, aunque los cumplirá simultáneamente.
La jueza Dora Irizarry, del Tribunal del Distrito Este de Nueva York, impuso la pena que había pedido la fiscalía, advirtió que se trató "sin duda de uno de los casos más graves en términos de actividad de narcotráfico" que instruyó el juzgado y rechazó las disculpas que había pedido Otoniel.
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"Dudo que si no lo hubieran detenido, hubiera puesto fin a lo que hacía", dijo la jueza Irizarry al poner en duda las declaraciones del condenado en favor de un acuerdo para terminar con las actividades ilegales del Clan del Golfo, la mayor organización narco de Colombia.
En un documento de 11 páginas, la semana pasada el fiscal Breon Peace había pedido los 45 años para Otoniel por la enorme cantidad de cocaína que el acusado traficó hacia Estados Unidos.
“Durante casi dos décadas, el acusado ejerció una posición de liderazgo dentro del Clan del Golfo. Mantuvo tanto su posición de liderazgo como participación como uno de los mayores distribuidores de cocaína del mundo. Ordenó el asesinato, el secuestro y la tortura de rivales, así como de personas que creía que estaban cooperando con las fuerzas del orden”, señalaba la acusación.
Siete meses antes, Otoniel se había declarado culpable de encabezar una organización criminal de manera continuada, conspiración marítima para la introducción de narcóticos en Estados Unidos y conspiración para la distribución de narcóticos.
Otoniel, de 51 años, escaló las filas de varios grupos armados en Colombia hasta convertirse en el mayor barón de la cocaína del siglo, al punto que varios lo compararon con Pablo Escobar, por ejemplo, entre ellos el expresidente Iván Duque, cuando cayó en un operativo en la selva con 500 militares y policías.
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El líder del grupo paramilitar Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), conocido como Clan del Golfo, esperaba que su admisión de culpabilidad le evitara un largo y costoso juicio o algo de clemencia de parte de la jueza Irizarry.
De origen campesino y señalado de abusar sexualmente de niñas, pasó de guerrillero de izquierda a paramilitar de extrema derecha, antes de consolidarse como capo de la cocaína.
Durante su reclusión, el robusto narcotraficante se quejó por las duras condiciones de aislamiento que le impedían hablar con su familia o recibir correspondencia.
Antes de su extradición, aseguró ante un tribunal que altos mandos militares estuvieron implicados en el tráfico de droga y salpicó a políticos que se favorecieron del control territorial que tenía. En represalia por su entrega, sus hombres desataron una ola de ataques en la que murió una treintena de policías.
Quién es Dairo Úsuga David, alias Otoniel
Nacido en el municipio antioqueño de Necoclí, pasó a encabezar el Clan del Golfo tras la muerte de su hermano Juan de Dios, caído en enfrentamientos con la policía en 2012.
Junto a él había montado un aparato criminal con presencia en casi 300 de los 1.102 municipios del país, principalmente en su región natal, cercana a la frontera con Panamá, pero también al Pacífico y al Caribe, un lugar estratégico para la salida de cargamentos de droga, según el centro de estudios Indepaz.
Su hermana, Nini Johana Úsuga, alias "La Negra", fue extraditada en julio de 2022 a Florida para responder también por narcotráfico.
Otoniel se había sumado a sus 18 años al Ejército de Liberación Popular (EPL), una guerrilla de izquierda desmovilizada en 1991, pero luego se unió a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), una organización paramilitar de extrema derecha creada para combatir a las guerrillas y con nexos con el narcotráfico, que se sometió a la justicia en 2006.
El Clan del Golfo buscaba beneficios penales a cambio de someterse a la justicia y acordar con el Gobierno de Gustavo Petro como parte del plan de “paz total” del Ejecutivo, pero en marzo el grupo fue excluido de las conversaciones.
Por el acuerdo de extradición Colombia-EEUU, la justicia estadounidense no podía imponerle prisión perpetua, porque esa pena no existe en territorio colombiano.
El pedido de 45 años, había aclarado la Fiscalía, evitaría diferencias injustificadas en las sentencias de acusados en situaciones similares, como los de Daniel Redón Herrera, alias “Don Mario”; Henry de Jesús López Londoño, alias “Mi Sangre”; Daniel Barrera, alias “El Loco Barrera”; y Diego Fernando Murillo, alias “Don Berna”.
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