Ekaterina Fedyaeva, una joven rusa de 27 años, murió en un quirófano tras ser víctima de un fatal error cometido por los profesionales: en lugar de ser operada por un quiste en sus ovarios, fue embalsamada.
La mujer, según denunció su familia, concurrió al hospital de Ulyanovsk, en el oeste del país europeo para practicarse una laparoscopía, pero en lugar de suero recibió una solución con formaldehído, una solución utilizada para preservar los cadáveres.
Al percatarse de su equivocación, el equipo médico intentó subsanarlo pero ya era demasiado tarde.
Rashid Abdullov, ministro de Salud, Familia y Bienestar Social de la región, expresó sus condolencias y adelantó que al parecer los profesionales no leyeron la etiqueta del producto y su error le costó la vida a Fedyaeva.