Lo hizo luego de una semana de ofensiva entre ambos países. Israel señaló que los enfrentamientos dejaron 24 muertos y más de 1.200 heridos en su territorio.
A una semana del inicio del conflicto en Medio Oriente, el Ministerio de Salud iraní confirmó este sábado que al menos 430 personas murieron y más de 3.500 sufrieron heridas como consecuencia de los ataques israelíes contra su territorio. Junto con la difusión del balance, acusó al gobierno de Benjamín Netanyahu de dañar centros de población civiles y recordó que entre los fallecidos hay decenas de niños.
Desde Teherán denunciaron que Israel bombardeó zonas densamente habitadas, como la ciudad de Qom, donde un misil impactó en un edificio residencial y provocó la muerte de al menos dos personas, entre ellas una adolescente.
En paralelo, se reportaron graves bajas dentro de la estructura del régimen iraní. Durante la primera semana de hostilidades, al menos 30 militares y una docena de científicos nucleares habrían muerto en ataques selectivos israelíes. “Desde la Revolución Islámica de 1979, la cúpula del régimen de los ayatolás no había sufrido una ofensiva de esta magnitud”, señalaron voceros oficiales.
Israel señaló, por su parte, que la ofensiva de Irán contra su territorio -más de 450 misiles y 400 drones contra más de medio centenar de objetivos- dejó 24 muertos y 1.217 heridos, 12 en estado de gravedad. Además, las autoridades militares advirtieron a la población israelí que debe prepararse para una “campaña prolongada” en Irán, y que vendrán “días difíciles”.
Las Fuerzas de Defensa israelíes (FDI) confirmaron este sábado haber atacado por segunda vez la instalación nuclear iraní ubicada en la ciudad de Isfahán.
La agencia Fars citó a un responsable de seguridad que atribuyó los hechos a bombardeos ejecutados por Israel sobre el complejo nuclear. Las fuentes iraníes aseguraron que no hubo fugas de materiales peligrosos que pudieran afectar a la población, y atribuyeron la mayoría de las explosiones a la activación de defensas aéreas locales.
Asimismo, Israel precisó que el operativo incluyó como principal objetivo las instalaciones de producción de centrifugadoras empleadas para enriquecer uranio, uno de los componentes críticos para la obtención de material nuclear.
El 13 de junio pasado, vale recordar, Israel había lanzado bombardeos en la misma zona. Aquella jornada había significado un giro en la tensión entre ambos países. La Operación “León Naciente” fue presentada por Israel como una campaña de ataques aéreos diseñada para impedir que Irán adquiera armas nucleares.
En respuesta a esa ofensiva inicial, Irán desplegó un operativo de represalia que incluyó el lanzamiento de drones y misiles contra territorio israelí, según confirmaron ambos países. La escalada incrementó la preocupación internacional por la posibilidad de una guerra abierta y de incidentes en instalaciones con riesgo nuclear en la región.
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