El hecho ocurrió en la ciudad de Tecámac, en México. La acusada le cobraba a su hijo una parte de sus ventas de jugos de naranja como una suerte de “alquiler”. Dicho dinero, cerca de 400 pesos mexicanos por semana, lo utilizaba para su manutención, su alimentación, el agua para bañarse y los cubiertos para comer.
Los vecinos estaban al tanto de lo que ocurría ya que conocían al menor porque vendía jugo de naranja en el barrio y los alrededores y también conocía el contexto de maltrato infantil en el que vivía.
El niño no llegó a pagar todo el dinero que su mamá le exigía, $1.500 mensuales, así que ella lo echó de la casa. Dejándolo en situación de calle. Algo que los vecinos no toleraron e hicieron la denuncia a las autoridades correspondientes.
La mujer de 33 años fue detenida luego de que radicaran la denuncia por obligar al pequeño a pagar el alquiler y por sufrir años de maltrato.
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