Por suerte vivimos en un época donde existen los ministerios de salud, las políticas de salud pública y las vacunas, pero en la época de la antigua Roma, se entregaban a los amuletos y las supersticiones para combatir el flagelo de las enfermedades

Antes de la medicina moderna, en una época en que la humanidad luchaba contra las epidemias y pandemias de una manera mística, los antiguos romanos "tenía una solución" que hoy nos saca una sonrisa o un gesto de desaprobación: El Amuleto del Pene Volador.

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Estos objetos los utilizaban tanto los padres como los hijos. Dichos pene alados eran eran llamadas fascinum y se colgaban como si fueran un collares y su función era evitar todo tipo de enfermedades. El término fascinum significa "magia" o "encantamiento". Se ha sugerido que la palabra "fascinación" tiene este doble origen de falo y magia, lo cual explica la fascinación que existe en nuestra cultura por el falo.

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La superstición era diosa y reina. Así como la mortalidad infantil. En al antigua Roma alrededor de la mitad de los niños morían antes de los cinco años. Es por esto que los padres recurrían a métodos sobrenaturales para tratar de proteger a sus hijos. Ungüentos y oraciones. Aferrase a lo místico.

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Hace siglos de todo esto. En esos momentos el arte de la sanación quedaba en manos de chamanes y curas que trataban las enfermedades según lo que les dictaban sus creencias, su fe. A falta de ciencia, la magia. Pero hoy por suerte podemos contar con vacunas, medicos especialistas y políticas de salud pública para combatir epidemias o pandemias, como la que sufre el mundo por el coronavirus.

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