Una investigación sobre la homofobia en las Fuerzas Armadas británicas revelo que soldados homosexuales del Reino Unido fueron obligados a someterse a terapias de descargas eléctricas en un esfuerzo por "curarlos".
El informe, que será publicado a principios del próximo mes, contiene más de 1.000 denuncias anónimas que detallan el uso de electrodos, chantaje, agresión sexual y trato cruel contra el personal homosexual entre 1967 y 2000, cuando se levantó la prohibición de que los gays pudieran servir en el Ejército. La revisión fue encargada el año pasado durante el mandato de Boris Johnson y apuntó a recabar testimonios de los afectados por la prohibición.
En la década del '90, el personal militar aún era remitido a médicos para terapia, según el testimonio anónimo de una víctima. "Me enviaron a un psiquiatra en un hospital donde me pusieron estos electrodos en la cabeza. Me mostraron fotos de hombres y me dieron sentimientos agradables y luego me mostraron fotos de mujeres y me dieron descargas eléctricas", recordó. "Tenía algún tipo de moretones o marcas de quemaduras donde pusieron los electrodos", agregó.
Asimismo, un veterano que sirvió en la Real Fuerza Aérea testificó que eran enviados a un pabellón psiquiátrico para ser interrogados sobre su sexualidad sentados en un inodoro. Les colocaban electrodos en la cabeza para tomar una lectura de su cerebro, mientras el personal médico bebía cerveza. Supuestamente, les dijeron que tenían una "sombra" en el cerebro, lo que explicaba su sexualidad.
El informe incluye una recomendación para el primer ministro, Rishi Sunak, para que ofrezca una disculpa pública ante el Parlamento por la política histórica de la prohibición del personal militar gay y trans, y para compensar a los afectados por la pérdida de ingresos, la angustia causada y la denegación de sus derechos de pensión.
Terence Etherton, miembro de la bancada cruzada de la Cámara de los Lores que dirigió la investigación, describió el proceso como "un registro único de lo que, a los ojos modernos, es una política incomprensible de intolerancia homofóbica" en las Fuerzas Armadas. Detalló que, al personal que accedía a tomar medicamentos y someterse a un tratamiento, se les permitía permanecer en el Ejército, lo que, según él, dejó a muchos "severamente traumatizados".
Los relatos "pintan un cuadro vívido de la homofobia evidente en todos los niveles de las fuerzas armadas, y del acoso que inevitablemente la reflejaba", expresó Etherton.
Por su parte, el Gobierno británico aceptó que esa política fue errónea. "Estamos orgullosos de nuestros veteranos LGBT+ y agradecidos por su servicio en defensa de nuestra nación", declaró un portavoz.
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