Una situación inusual se vivió este miércoles en Rusia, cuando el Ministerio de Situaciones de Emergencia regional advirtió a los ciudadanos de Astracán (ciudad del sur de la Rusia europea) que permanecieran en sus domicilios por precaución, ya que las ráfagas de viento podían alcanzar velocidades de entre 15 y 20 metros por segundo.
Por esto, le pidió a las personas que no salieran a la calle para evitar cualquier tipo de accidente mientras la temible tormenta de arena pasa por la ciudad.
Los locales publicaron en las redes sociales varios videos que evidencian la voracidad de la tormenta de arena. Incluso, algunos dijeron que nunca habían visto un fenómeno así.
Sitaciones similares tuvieron lufgar a finales de abril, cuando una inmensa nube de arena cubrió viviendas, edificios y fábricas, causando contaminación y accidentes de tránsito en la provincia de Gansu, noroeste de China.
Las tormentas de arena que ocurren en el país asiático, y que pueden llegar a Rusia, son a menudo originarias del desierto de Gobi, situado entre China y Mongolia.
Para frenar estas tormentas, las autoridades han reforestado desde hace varias décadas las zonas periféricas de los desiertos, con el fin de crear una “Gran muralla verde” destinada a bloquear la arena.