El Papa Francisco reanudó este miércoles en el Vaticano las audiencias generales, tras seis meses de suspensión por la pandemia de coronavirus.
Sin barbijo y con una con una audiencia de 500 fieles, el pontífice dedicó su discurso principal a la solidaridad.
“Después de tantos meses reanudamos nuestros encuentros cara a cara y no pantalla a pantalla”, improvisó con humor Jorge Bergoglio. “Esto es lindo!”.
“La actual pandemia ha destacado nuestra interdependencia, todos estamos conectados entre nosotros, para bien o para mal. Para salir de esta crisis mejores que antes, debemos hacerlo juntos, todos nosotros, en solidaridad”, destacó.
Hubo estrictos controles a los que ingresaban dos horas antes al patio de San Dámaso, rodeado por el Palacio Apostólico, que incluyeron tomar la temperatura a los 500 fieles que fueron admitidos y que llevaban todos los barbijos obligatorios.
En el patio, al aire libre, habían sido colocadas sillas manteniendo la distancia de seguridad de un metro y medio que impone la pandemia del coronavirus.
El pontífice se sentó en un sillón rojo con los dos escalones forrados en el mismo color. A la entrada de Francisco y cuando concluyó la audiencia, momentos en que se acercó a la gente pero manteniendo las distancias, el Papa evitó todo contacto físico. Pero los fieles se amontonaron hasta donde podían para acercarse a saludarlo, violando las reglas.