
En el partido ante Nigeria, no mostró nada del otro mundo, aunque terminó ganando sin atenuantes.
A esta altura, a tres días, del partido ante los centroeuropeos, el gran público se pregunta ¿qué es lo que tiene Croacia? ¿Se le puede ganar?
Claro que se le puede ganar, por supuesto. Obtener una victoria que, si bien no aseguraría la clasificación, podría significar un desahogo importante. Pero también es cierto que hay que tener cuidado de algunos aspectos que mostraron los croatas y que son, justamente, en lo que sustenta sus ambiciones.
Legítimos herederos de aquella Yugoslavia que vuelta a vuelta era protagonista de los mundiales, Croacia sin embargo no repite fielmente esa imagen de equipo duro, sino que establece una relación mucho más amigable con el balón.
Tienen a unos cuantos con experiencia como Rakitic, Modric o Mandzukic y algunas otras figuras rindiendo en buen nivel y demostrando que la moral está por las nubes. Salen rápidamente de contra y la buena pegada de Rebic, en las jugadas con pelota detenida, será otro factor a tomar nota.
Pero claro que tienen puntos flacos, por supuesto. La solidez que mostró Vrsaljko por un lateral, incluso para pasar al ataque, no se advierte en Strinic al cual su torpeza le estuvo a punto de jugarle una mala pasada.