La investigación apunta a que Gustavo Oso Pereyra habría sido acribillado en un “ajuste de cuentas” por una deuda que mantenía con un grupo de sujetos, entre quienes se encontraría el asesino.

Los investigadores del crimen del ex barrabrava de Boca Juniors, Gustavo “Oso” Pereyra, quien fue ejecutado de siete balazos en el interior de su vivienda del complejo habitacional Don Orione de Claypole, apuntan que se habría tratado de un “ajuste de cuentas” por una deuda que mantenía con un grupo de sujetos, entre quienes se encontraría el asesino, quien fue descripto como un hombre gordo y pelado, que escapó luego de matar a la víctima, sin poder ser localizado

En tanto, se siguen buscando testigos entre los vecinos para identificar al homicida, debido a que la madre de Pereyra, que en ese momento estaba en la casa, pero no alcanzó a ver a quien atacó a tiros a su hijo. “La mujer no está en condiciones de aportar datos para realizar un identikit y por eso, se intenta dar con alguien que haya visto algún movimiento sospechoso en los instantes previos o bien, cuando ese sujeto se escapó”, se indicó.

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Si bien no se descarta que el asesinato de “Oso” Pereyra, histórico acompañante de Rafael Di Zeo en la “jefatura” de la 12, guarde relación con cuestiones de la barra brava de Boca (aunque se sabe que estaba algo alejado, luego de varios procesamientos por hechos de violencia) o también con la hinchada del Club Atlético Claypole, por los pocos elementos con qué se cuentan, “todo apunta a que se trataría de una venganza por una deuda impaga o ciertos negocios con dineros o préstamos”, trascendió.

“Los investigadores no cuentan con imágenes captadas por alguna cámara de seguridad de la zona y buscan otros testimonios que aporten más datos del hecho en pos de lograr identificar al culpable”, consignó el portal de noticias InfoRegión, agregando que Elva Pérez, “la madre de Pereyra sostuvo en su declaración que un hombre gordo y pelado llamó a la puerta y más tarde, escuchó que se cerraba de forma violenta, antes de la seguidilla de disparos”. La mayoría de los balazos dieron en el cuerpo de Pereyra (de 49 años), quien murió cuando era asistido en el hospital Oñativia de Rafael Calzada, debido a la gravedad de las lesiones sufridas.

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