El dato surge de un nuevo informe estadístico. Cada celular robado deja un promedio de $84.000 para los delincuentes y alrededor de $800 millones cada 24 horas.
El fenómeno delictivo de los robos de celulares no se detiene. Se trata de la modalidad que más se repite a toda hora en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, con un promedio que en el mes de mayo superó los 10.000 hechos por día.
En un nuevo Reporte sobre Delitos e Inseguridad, desarrollado por la ONG Defendamos Buenos Aires con la asistencia de la Consultora Javier Miglino y Asociados y que toma como punto de partida las causas que investiga la justicia Nacional de Instrucción en lo Criminal, con jurisdicción en toda la Ciudad de Buenos Aires, más las causas penales de los tribunales de Lomas de Zamora, Morón, Quilmes, La Matanza, Moreno, San Isidro, San Martín y La Plata, quedó acreditado que los 'celulares manchados con sangre', obtenidos mediante el robo violento de teléfonos móviles, supera los 10.000 robos diarios.
"Como cada celular robado deja un promedio de 84.000 pesos (unos 80 dólares), estamos hablando de 800.000 dólares u 800 millones de pesos cada 24 horas, 24 millones de dólares al mes (24.000 millones de pesos) y 288 millones de dólares al año (288.000 millones de pesos)", se indicó en el trabajo. "Si bien nunca paró el robo de celulares en los últimos diez años, los valores actuales de un teléfono nuevo, que promedia los 300.000 pesos, ha hecho que las bandas criminales se enfoquen por completo en este tipo de robos, relegando el robo de carteras, ruedas de autos y estéreos", dijo Javier Miglino, abogado experto en Criminología y Director de Defendamos Buenos Aires.
"Un teléfono robado, un ‘celular manchado con sangre’, tal como los hemos bautizado ante la inacción policial, judicial y política, es una verdadera mina de oro. Primero, porque las bandas, una vez robados, los llevan a una cueva para intentar robar todos los saldos posibles en cuenta mediante aplicaciones como Mercado Pago y otros. Luego intentan sacar préstamos a nombre de la víctima y, finalmente, los llevan a otras cuevas donde los venden, se reinician y desbloquean y se venden con una impunidad del 100%, sea en la Avenida Pueyrredón, en Balvanera, en la calle Libertad en Tribunales o en Cabildo y Mendoza en Belgrano", detalló.
Miglino continuó en esa línea. "Es vox populi que la gente está tan harta de que le roben el celular en Buenos Aires que ni siquiera hace la denuncia policial. Sin embargo en el correo de Defendamos Buenos Aires llegan testimonios todo el tiempo que dan cuenta del flagelo y de por qué el gobierno de Jorge Macri perdió las elecciones. Por la inseguridad en general y por el robo de celulares en particular. En más de 18 años que llevan en el Gobierno y habiendo creado una Policía de la Ciudad y 50 juzgados penales, contravencionales y de faltas, con sus respectivos 50 jueces y 50 fiscales, pudieron dar una mínima respuesta contra este tipo de crímenes", dijo Miglino.
Las bandas criminales, explicó el letrado, están pagando la factura: "Entre todos los testimonios que llegan, que dan cuenta por ejemplo de que elementos del temible Tren de Aragua venezolano aporta motos y delincuentes para este tipo de robo violento, también llegan historias de individuos que nos cuentan que en las cuevas de la calle Libertad (Tribunales), de Villa Crespo y de Balvanera ya no aguantan el nivel de violencia de los robos que ellos mismos se encargan de financiar. Hay muchos casos de personas que forman parte de la mafia de los ‘celulares manchados con sangre" con problemas mentales e incluso al menos dos tentativas de suicidio; situaciones que delatan una saturación mental por la violencia autogenerada".
"Hace un par de meses, la República Argentina no salía de su asombro cuando veía imágenes de como tres asesinos en Ituzaingó, en el oeste del Conurbano, golpearon hasta la muerte a Ezequiel Altamira, de 16 años, y una vez que notaron que el chico estaba exánime, le robaron el teléfono celular que extrajeron de entre sus ropas. Los tres asesinos están detenidos y tienen 19, 17 y 14 años. El homicidio doblemente agravado, por haber sido ejecutado con alevosía y por criminis causa (matar para encubrir otro delito), tiene penas de prisión perpetua, delito por el que están detenidos los asesinos de Ezequiel", recordó Miglino.
"Días atrás, una joven estudiante universitaria de apenas 19 años sufrió una emboscada en un tren que apenas arrancaba su marcha en la estación Manuel Alberti del Belgrano Norte en la localidad de Pilar. Un ladrón forcejeó con ella, le sacó el celular y saltó del vagón en movimiento. Otro delincuente estaba junto al primero y logró escapar. La chica salió despedida detrás de él, se golpeó con un caño y cayó a las vías entre el andén y el vagón. Sufrió fractura de cráneo y la pérdida de varios dientes. El ladrón de nacionalidad colombiana fue detenido minutos después. La chica quedó paraplejica", añadió el experto Criminología y Director de Defendamos Buenos Aires.