Ataque a la comisaría: piden sobreseer a la novia de preso

Según el escrito, la solicitud fue realizada por los abogados Jorge Irineo y Santiago Socolsky al titular del Juzgado de Garantías Nº 4 de La Matanza, Fernando Pinos Guevara. En esa presentación, los defensores señalaron diferencias en las declaraciones testimoniales de los policías: uno de ellos aseguró que la joven fue detenida el 30 de abril, luego de que él viera estacionado “a 200 metros de la comisaría” un Volkswagen Vento de color gris. Según el efectivo, reconoció el vehículo porque le pertenecía al detenido Leandro Aranda, novio a Bustamente, al que había investigado porque era a quien una banda había ido a rescatar la noche anterior y baleó a su compañera, la sargento Rocío Villarreal.

De acuerdo con este policía, dentro del auto estaban la joven y su primo Bruno Postigo (19), a quienes identificaron y luego detuvieron. No obstante, unas fojas más adelante, declaró en la causa otro efectivo en casi idénticos términos y dice que luego se llevaron presos a ambos al Destacamento, aunque, según la defensa, este y el anterior omitieron decir la ubicación exacta del vehículo y la hora de las capturas.

Luego, otro agente asegura que la detención se produjo a las 16.40, luego de que él fuera enviado a registrar la zona y encontrara el VW Vento “sin ocupantes”, en la esquina de Villegas y Monseñor Marcón, a una cuadra y media de la seccional, en el centro de San Justo y enseguida apareciera Postigo con la llave en la mano, a quien detuvo.

Finalmente, otro efectivo dice que él encuentra y reconoce a Bustamante frente a la comisaría, supuestamente cuando ella estaba esperando el traslado de Aranda, y ahí la detiene.

“Obviamente resulta físicamente imposible que Postigo y Bustamante hayan sido detenidos en tres lugares diferentes”, afirmó la defensa en su escrito y destacó que “la falsedad ideológica que vician las actas impugnadas resulta evidente”.

Los abogados agregaron que “existió por parte de la investigación policial un deliberado propósito de involucrar criminalmente” a la joven y que “salieron a cazarla con medios ilícitos e ilegales”. En ese sentido, se mencionó la doctrina del “fruto del árbol venenoso”, según la cual si el primer acto cometido en el marco de una causa es nulo, también lo es todo lo actuado posteriormente.

Según la defensa, la joven estaba parada frente a la seccional porque le habían dicho que podría ver a su novio y fue en esas circunstancias que terminó detenida, pero no participó de la toma de la comisaría, aunque sí tenía algún conocimiento del hecho. Por eso, se pidió que se declare la nulidad de las actas de detención y luego el sobreseimiento y libertad de Ludmila Bustamante.

El hecho ocurrió la madrugada del 30 de abril, cuando al menos cuatro delincuentes vestidos de policías y con una herramienta cortacandados entraron a los tiros a la comisaría 1ª de La Matanza, ubicada en Villegas al 2400 de San Justo. El asalto fue resistido por los cuatro policías de la oficina de guardia, entre ellos Rocío Villarreal, y los atacantes tuvieron que escapar sin poder concretar el rescate del preso Aranda. A raíz del tiroteo, la sargento Villarreal recibió un balazo en el pecho que le lesionó varios órganos, le destruyó una vértebra y afectó la médula, por lo que quedó sin sensibilidad en los miembros inferiores y con secuelas físicas irreversibles.