El jefe de la Policía Federal Argentina (PFA) en Mendoza terminó detenido el miércoles pasado durante un allanamiento en su vivienda en la localidad de Godoy Cruz, tras ser acusado de haber cobrado coimas para permitir la comercialización ilegal de divisas en "cuevas" de la capital provincial, informaron fuentes judiciales y de la fuerza.
"A raíz de un hecho de público conocimiento, el jefe de la División Unidad Operativa Federal Mendoza, Comisario Dino Rossignoli, fue apartado de esta Institución, a fin de no interferir con el proceso judicial que se lleva a cabo", explicó la misma PFA en un comunicado, en el que agregó: "ante la gravedad de lo sucedido, la Superintendencia de Asuntos Internos envió al Director de Responsabilidad Profesional".
Además del comisario, dos propietarios de joyerías céntricas, identificados por la policía como Ernesto y Nicolás Bazán, fueron detenidos, acusados de evasión fiscal y lavado de dinero, entre otros delitos, y serán indagados en las próximas horas.
Rossignoli quedó vinculado en la pesquisa luego de una serie de allanamientos que efectivos de la Policía contra el Narcotráfico (PCN) realizaron el 6 de julio último en siete joyerías y algunos bares ubicados en pleno microcentro mendocino, donde aparentemente funcionaban como "cuevas" para el cambio de moneda extranjera.
En esa ocasión, personal de Lucha contra el Narcotráfico de la Policía de Mendoza, con la posterior colaboración de AFIP-DGA y con intervención del Juzgado Federal 3 Secretaría Penal E, realizaron 22 allanamientos en domicilios particulares, y presuntas "cuevas" destinada al intercambio de moneda extranjera. Durante los operativos se secuestraron 4.100.000 pesos, 49.900 dólares y 7.480 euros, entre otros elementos como máquinas de contar dinero, dos armas de fuego y balanzas.
Los responsables de estos lugares fueron dos jóvenes, según declararon las fuentes, que durante la pandemia y en la actualidad incrementaron notablemente su patrimonio. Habrían adquirido vehículos y abrieron nuevos comercios bajo las "engañosas fachadas".
Los pesquisas corroboraron los roles que cumplían cada uno en esta organización investigada e identificaron a los organizadores, "arbolitos", testaferros y hasta personal que cumplía con la seguridad de los locales montados como pantallas.
Las medidas judiciales alcanzaron también dos estudios contables vinculados a los investigados que fueron allanados y donde secuestraron documentación de interés.
De las siete joyerías allanadas, cinco de ellas contaban con lugares denominados "trampas", consistente en paredes falsas, bajo fondos, y habitáculos ocultos en muebles confeccionados en forma artesanal con cierres electrónicos que permiten ocultar el dinero ante posibles medidas judiciales, habían detallado las fuentes.